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sábado, 16 de agosto de 2014

Tannat Tasting Tour Brasil 2014 en Curitiba organizado por Wines of Uruguay




Esta semana que está por acabar se realizó el Tannat Tasting Tour Brasil 2014, y la calurosa tarde -en pleno invierno- del último martes 12 fue el turno de Curitiba. Este evento organizado por Wines of Uruguay comenzó el lunes 11 en Rio de Janeiro, el jueves 14 fue el turno de São Paulo, y ayer viernes 15 concluyó en Campinas, interior de São Paulo.

Aunque es muy difícil poder ir a un evento un día de semana –lo ideal para nosotros y creemos para la mayoría de personas sería un fin de semana- estábamos muy animados de ir y participar puesto que son pocos los eventos que se realizan en la capital paranaense. Ya habíamos dejado de ir a la Expovinhos realizada en un restaurante del hermoso Parque Barigui por el mismo motivo: fue realizado un lunes y no teníamos con quien dejar a nuestra pequeña Sofía. Para quien tenga hijo(a) pequeño entenderá los motivos, pero esta oportunidad no queríamos dejarla pasar y hasta el último minuto estábamos barajando las maneras de cómo hacer, así que, sin pensarlo mucho, recogí a la niña del colegio y nos encontramos con Cris en el hotel: primero entró ella por una hora y media mientras yo cuidaba de Sofía en otro lugar, y luego intercambiamos roles. No fue lo ideal puesto que no pudimos entrar juntos, pero pudimos asistir. Pero otro inconveniente del que sólo reparamos al estar ahí fue el no poder conocer todas las vinícolas representadas y sus diversas etiquetas, muchas totalmente desconocidas para nosotros. Grande fue la sorpresa a nuestro encuentro a la salida, habíamos visitado prácticamente los mismos expositores: Bodega Bouza, Bodega Giménez Méndez y Bodega Pisano. La única diferencia es que Cris estuvo además en Bodega Ariano Hermanos, y yo en Bodega Casa Filgueira. 






No hay que ser un experto para saber de la excelencia con la que trabajan sus diferentes vinos en Bodegas Bouza. Juan Martin Borda, gerente general de la bodega boutique estaba junto a un representante de Decanter, la importadora de sus caldos en Brasil. El poco tiempo que tuve para conversar con él le pregunté sobre su albariño, aquel vino en su momento único en Sudamérica y que según me comentó ya hay quienes intentan imitarlos: “Debemos hacerlo tan bien que ya hay otras vinícolas que nos están imitando.” Y aunque en la mesa estaban sus tintos tops –además del clásico albariño probamos el Tannat Parcela B6 2012 (extrañamente agradó más que su hermano mayor, es un tinto muy opulento), y el Monte Vide Eu 2011 (todavía joven, aunque nació sabroso, se debe disfrutar aún más en algunos años. Quien tenga este tinto, cuanto más tiempo sepa esperar obtendrá un goce aún mayor)-, mezcla de elegancia y potencia, el albariño es la vedette, y muy probablemente lo seguirá siendo por un buen tiempo. ¿Hay planos de entrar al mercado peruano? “Nos gustaría mucho, pero por el momento no hay nada al respecto.” Los altos precios al que son expendidos los vinos en general en Brasil parece no preocuparle mucho: “Los impuestos aquí son altos, y los precios son algo elevados, las personas tendrán que evaluar más y mejor antes de adquirir un vino.” Lo más importante es el producto, y cuando está bien hecho hay una cierta tranquilidad y esto está claro en él, se percibe con facilidad. Los vinos de Bodegas Bouza son así, parece que la perfección o lo más cercano a ella son una constante y una característica, está en su adn. 








Al frente, en el módulo de Bodega Giménez Méndez, entre otras personas, Sebastián Gonzatto, Export Manager de la vinícola atendía gentilmente a quien procuraba información por los vinos de la bodega que representa. “En Latinoamérica además de Brasil estamos en Paraguay, Colombia, México. Hay interés en ingresar al mercado peruano, sería fabuloso, pero aún no tenemos contactos allá. ¿Conocés alguno?” 


Foto extraída del facebook de la Bodega Giménez Méndez.


Entre los vinos para la degustación están su línea Alta Reserva, Premium, y Super Premium, además de un interesante sauvignon blanc (muy fresco, con una acidez a flor de piel) sin etiqueta. En la línea Alta Reserva había uno trabajado con la cepa malbec -cosecha 2013- que no habíamos visto antes: “Ni lo verán, éste por el momento es exclusivo para el mercado asiático, europeo, y norteamericano.” Para tener una idea, la aerolínea del magnate inglés Richard Branson, Virgin Atlantic, de entre los malbecs franceses y argentinos eligió este malbec uruguayo para ser servido en su primera clase. Cuidado Argentina, pues para quien crea que esto es una piedrita lanzada al mar está muy equivocado, no es poca cosa. Los pasajeros de esa clase exclusiva son en su mayoría de destinos cuyas metrópolis son de alto poder de consumo, y que desembarquen con la idea y la gran experiencia de este malbec uruguayo en el paladar y en la mente es, sino para preocuparse, por lo menos para estar atentos. Regresando al Brasil: nosotros ya habíamos probado algunos vinos de esta bodega años atrás y el placer y las buenas experiencias encontradas en su gran mayoría fueron grandes. Los que pudimos probar ahora están en la misma línea de la alta calidad que hace que nuestros recuerdos hacia sus vinos hasta ahora nos conmuevan, alguno –el L y M, que no estaba aquella noche- inclusive memorable. 





Al extremo izquierdo, Gastón Turcatti de Bodega Casa Filgueira no estaba solo. Bueno, atrás del módulo sí, pero al frente se aglomeran personas extendiendo sus brazos y copas. Gastón se disfraza de pulpo y es diligente y amable con todos, y hasta se da maña para atender a este insistente bloguero. Le comento que uno de los primeros vinos uruguayos que mi esposa y yo bebimos juntos aquí en Brasil y recordamos con cariño fue justamente un tannat de la bodega a la que representa, pero que después no lo vimos más, simplemente desapareció. “Sí, la bodega se vendió, y la importadora con la que trabajábamos –era Decanter, la misma de Bouza en la actualidad- dejó de representarnos. En la actualidad en Brasil sólo estamos en Belo Horizonte.” Y ahí está lo interesante del asunto: tienen poca presencia en Brasil como un todo pero la gente estaba ahí, quizá para “matar as saudades” como dicen por aquí, o para preguntar ¿Qué pasó?, muchos otros para conocerlo, aquella reacción en cadena de ir por conocer el por qué hay tantas personas en un solo lugar, una reacción frecuente, casi instintiva. Eran –son, y las personas de Belo Horizonte lo saben bien- vinos con una gran rpc y una calidad que destaca en ese rango de precios:

Un corte Tannat – Cabernet Franc : RS 35 reais (US$ 15,30 dólares).

Proprium : RS 45 (US$ 19,70)

Reserva Tannat : RS 55 (US$ 24,10 dólares)

Super Premium Estirpe (no está a la venta en Brasil) : US$ 36 dólares.






Además de Brasil llegamos a México, Guatemala, Estados Unidos, España, Francia, Reino Unido, Polonia, Dinamarca… ¿Perú? Sería lindo poder estar en el mercado peruano aunque por el momento lamentablemente no haya nada al respecto.” Yo voy recordando y conociendo copa tras copa sus tintos hasta que me ofrece un Sauvignon Gris: floral, algo intenso, un vino redondo. Extrañamente siendo Brasil un país tropical los vinos blancos no encajan tanto como los tintos. Los vinos de Bodegas Casa Filgueira tienen la facilidad de llegar a un público más amplio, pudiendo quizá servir como puente y cautivar cada vez más personas, ser el umbral de este maravilloso mundo del vino. 


A su vez Cris conversó con el Ing. Agr. Sebastián Ariano de Bodegas Ariano Hermanos. Es una bodega con más de 80 años de vida que se originó cuando en 1927 Adelio y Amilcar Ariano, hermanos inmigrantes de origen italiano que desembarcan en Uruguay estableciéndose en la zona de El Colorado, departamento de Canelones. Esta es una empresa familiar que va en la actualidad por la tercera y cuarta generación. Cuentan con 100 hectáreas de viñedos propios en Canelones y Paysandú, produciendo anualmente 1,1 millones de litros de vino. Tienen presencia en mercados tan diversos que abarcan desde Brasil, Colombia y México hasta destinos más lejanos como Suecia, Dinamarca, Noruega y Taiwan, entre otros. Son una mezcla de prácticas artesanales con tecnología vitivinícola. Según Cris el Ariano Tannat 2010 debe ser la línea de entrada, un vino más simple, para el día a día, para ser bebido joven, dependiendo del costo al que esté en el mercado brasilero puede llegar a ser interesante para quienes comienzan a beber vinos tintos pero ciertamente sería conveniente –para ese potencial consumidor- experimentar otros vinos trabajados con la cepa tannat. Ya el Don Nelson Ariano Tannat Special Reserva 2010 es el otro lado de la moneda, claro, es uno de los tops de la vinícola, muy intenso sin perder equilibrio, la fruta se percibe y disfruta fácilmente, es muy sabroso. Según comentaba Sebastián éste tinto fue premiado en España en un concurso entre varios exponentes de todo el mundo; ciertamente es un tinto diferenciado que muestra toda la fuerza y finura de la cepa emblemática uruguaya, el tannat. 





Ingresando al Salón Royale, hacia la izquierda, estaba el módulo de la Bodega Pisano donde Nikolas Kozik derrocha simpatía mientras sirve los diversos vinos de la vinícola que representa. “Tú eres el peruano… Tu esposa estuvo aquí hace un rato. Por cierto, le encantó este licor de tannat..”, y me ofrece de arranque el Etxe Oneko 2007, aquella botellita de 375 ml que alberga en su interior un vino que sabe a gloria. En aquel preciso momento sujeto dicha botellita y observo: 16,5% Grad. Alc. ¿Primero puedo probar un par de tintos? – me arriesgo, sin querer ser inoportuno. -Claro, ¿con cuál comenzamos?- me responde todo jovial, y comenzamos con el RPF Tannat 2011 (las siglas significan Reserva Personal de la Familia), posee una rica densidad, buen volumen en boca; seguimos con el Pisano Arretxea Tannat Gran Reserva 2009, este me parece aún no está en el mercado brasileño a diferencia del clásico Arretxea Gran Reserva que es un corte de cabernet sauvignon, merlot y tannat: este aquí tiene una buena acidez, es más potente pero sin perder la elegancia, es un vino musculoso; y llegamos al ofrecido inicialmente, el Etxe Oneko 2007, el licor de tannat: de una inusitada cremosidad, muy sabroso, para ser bebido de a pocos, en un momento diferente al de un almuerzo o cena. “De las bodegas uruguayas que acá están reunidas nosotros somos a la que más países llegamos. Entre los muchos países –conté 40 en su página web- nosotros estamos por ejemplo en el mercado peruano donde desde hace algunos años hay una fiebre por la gastronomía y creemos que el vino va de la mano con todo eso.” En el Perú los caldos de la Bodega Pisano son importados por Andana Representaciones SAC (aquí, en la página peruana barricas.com pueden ver los vinos de la Bodega Pisano que se expenden en el Perú) , aquí en Brasil por Mistral, y si están en Estados Unidos la enorme cadena Total Wine -de la que este blog es caserito- se encarga de ofrecerlos al público norteamericano y a los que caigan por ahí. 

En el Perú vamos de a pocos. Es alto el consumo de vinos argentinos y chilenos por allá, así que nosotros somos una opción diferente, es importante marcar presencia, y cuando piensen en vino uruguayo piensen en nosotros.” No creo que les será difícil hacerse de un nicho en el Perú (ojo, Perú, no solamente Lima). No se puede dejar de lado el alto consumo de pescados y mariscos por allá, pero la gastronomía peruana no es sólo eso: desde un lomo saltado, un arroz con pato, un rocoto relleno, hasta una pachamanca tranquilamente pueden ser armonizados con tintos de la Bodega Pisano, elegantes y corpulentos a la vez, acrecentará la gran experiencia que de por sí ya brinda la variada gastronomía peruana. En Brasil el presente es diferente, tienen una presencia más marcada y una buena imagen ganada que día a día, botella a botella intentan mantener, pero por otro lado aquí en Brasil la oferta de vinos uruguayos es mayor, la competencia es más fuerte, pero cuando se tienen caldos tan bien trabajados hay que enfocarse más en publicidad y marketing ya que el producto los avala. 






Fueron 22 vinícolas uruguayas, más de 100 etiquetas ofrecidas, y como comentábamos al inicio de este post lo ideal hubiese sido recorrerlas todas, y juntos. Faltó acercarnos a módulos de H. Stagnari, Bodegas Carrau, Traversa, Castillo Viejo, Montes Toscanini, de entre las que conocíamos, y muchas otras que no. Por favor, sepan disculparnos por no haber podido visitar todas; nosotros nos lo perdimos. Nos hubiese gustado también conversar con gente de Wines of Uruguay que de seguro estaban por ahí, pero nuestra responsabilidad mayor nos llamaba, y por momentos a gritos en el salón de la recepción en el piso de abajo. Un evento muy bien organizado que de seguro traerá resultados y se dejará percibir en el público consumidor de estas cuatro ciudades brasileñas. Ojalá en próximos años pueda repetirse y claro, con Curitiba nuevamente incluida en la ruta. De seguro reforzará el buen concepto que se tiene por vinos del vecino sureño, y refrescará la memoria a muchos que a veces dejamos de beber vinos de éste país no por alguna mala experiencia sino porque generalmente la oferta y publicidad está mucho más fuerte en vinos de los dos grandes sudamericanos, pero como decimos aquí, en vinos hay que ser infieles y aventureros. Los vinos uruguayos están ahí, listos para ser descubiertos por algunos, y redescubiertos por otros, esperando el momento de brindar toda la tradición y calidad que los enorgullece. 

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