Evangelos Tsantalis
Metoxi X Chromitsa White 2010
50% Asirtiko – 30% Sauvignon Blanc – 20% Athiri
12% Grad. Alc.
Monte Athos, Grecia.
Ya habíamos probado el tinto de una línea menor de esta variedad llamada Metoxi Chromitsa, y éste ejemplar con una enorme X entre las dos palabras que forman su nombre es una línea superior, quizá un gran reserva aunque no lo indique, cuya botella –vacía- debe pesar un kilo, y la hendidura en la base es lo suficientemente profunda como para cubrir dos falanges. Puedo estar equivocado pero tengo esa idea de que cuanto más profunda es la hendidura en la base de la botella el vino es de mejor calidad, y si esta bendita oquedad es poca o casi plana el vino está muy probablemente para ser un ingrediente más al momento de cocinar. Claro, el precio –al menos por aquí- ya es otro indicativo.
A la vista, es de un dorado intenso, denota mediana corpulencia. En nariz: en la primera copa se percibe más las notas minerales y también las herbáceas, ya en la segunda copa y restante hay notas afrutadas, cítricas, en ambos casos es de una intensidad que va creciendo conforme pasa más tiempo en copa. En boca, de una densidad mediana, llena la boca; de una marcada y rica acidez; sensaciones afrutadas como de peras, limones, alternan perfectamente con las notas minerales. De final largo e intenso, con retrogusto cítrico.
Metoxi X Chromitsa White 2010
50% Asirtiko – 30% Sauvignon Blanc – 20% Athiri
12% Grad. Alc.
Monte Athos, Grecia.
Ya habíamos probado el tinto de una línea menor de esta variedad llamada Metoxi Chromitsa, y éste ejemplar con una enorme X entre las dos palabras que forman su nombre es una línea superior, quizá un gran reserva aunque no lo indique, cuya botella –vacía- debe pesar un kilo, y la hendidura en la base es lo suficientemente profunda como para cubrir dos falanges. Puedo estar equivocado pero tengo esa idea de que cuanto más profunda es la hendidura en la base de la botella el vino es de mejor calidad, y si esta bendita oquedad es poca o casi plana el vino está muy probablemente para ser un ingrediente más al momento de cocinar. Claro, el precio –al menos por aquí- ya es otro indicativo.
A la vista, es de un dorado intenso, denota mediana corpulencia. En nariz: en la primera copa se percibe más las notas minerales y también las herbáceas, ya en la segunda copa y restante hay notas afrutadas, cítricas, en ambos casos es de una intensidad que va creciendo conforme pasa más tiempo en copa. En boca, de una densidad mediana, llena la boca; de una marcada y rica acidez; sensaciones afrutadas como de peras, limones, alternan perfectamente con las notas minerales. De final largo e intenso, con retrogusto cítrico.
Mientras por aquí en esta semana santa pareciera que todos corren atrás de bacalao y de los benditos huevos de chocolate, nosotros, como el salmón, vamos siempre en contra, y no hacemos nuestras esas costumbres de moda por aquí así que nada de bacalao sino corvina para un ceviche, y éste ejemplar griego es otra opción para nuestro plato bandera, aprovechando las características de la cepa griega asirtiko –predomínate en este vino- y del sauvignon blanc, ambas de buena acidez. Estuvo soberbio.
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