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martes, 21 de agosto de 2012

Pega ele, Silêncio - Ignácio de Loyola Brandão




1968
Edições Símbolo, 1976
Título en castellano, traducción libre : Dale duro, Silencio. 


Las sorpresas al encontrar ciertos ejemplares no son solamente con los libros en castellano, también en los anaqueles de “Literatura Brasileira” en ocasiones como ésta me deparo con obras como la de la presente entrada, uno de los primeros libros de relatos editado anterior a la novela “Cero”, que incluyen los tres cuentos con los que participó del “Primeiro Concurso Nacional de Contos do Estado do Paraná” en donde Dalton Trevisan se hizo del premio y reconocimiento mayor, pero en que el jurado, al ver la calidad de varios de sus participantes rescató dando menciones honrosas a cinco escritores más: Ligia Fagundes Telles; Flavio José Cardoso; Jurandir Ferreira; Luis Vilela y al autor de este libro, Ignácio de Loyola Brandão. 

El cuento que abre es el que da título al libro, “Pega ele, Silêncio” (“Dale duro, Silencio”), donde el autor nos pasea por la antesala, el durante y el después de la pelea que marcará el destino de Silencio, boxeador amateur de gran futuro en este deporte, quien siguiendo su instinto continuará entrenando dejando de trabajar pues entiende que aquel es el camino más rápido para salir de la miseria que envuelve a él y a su familia. La batalla será también interna pues presenciamos todas las dudas y aflicciones de Silencio al querer tomar la decisión correcta. De Loyola Brandão estructura de una manera no convencional este relato, dividiendo las páginas cuando transcurre la pelea pudiendo el lector al lado izquierdo saber lo que ocurre dentro del ring y ser testigo de la ansiedad por la que pasa el personaje principal, y en paralelo al lado derecho de las mismas páginas sabemos de todos los gritos y comentarios que vienen del público asistente. 

Túmulo de vidro” (“Tumba de vidrio”) nos presenta a una joven y bella actriz ninfomaniaca que de la miseria, el novio pobre, y los pobres escenarios pasa a actuar en grandes obras, aparecer en los diversas revistas y noticias del mundo del espectáculo brasileño, y también copulando con personas más influyentes. Aunque el presente de Anna Maria muda radicalmente ella no se sentirá conforme con lo que va encontrando: su vida así como sus efímeras relaciones le traerán un placer fugaz, sintiéndose al final siempre vacía. 

En “Camila numa semana” (“Camila en una semana”) un grupo de personas que se creen perseguidas se reunirán en una casa huyendo de algo que probablemente no existe. De Loyola Brandão nos lleva y deja en la antesala del caos en un Brasil que parece lejano, muy diferente a lo que hoy es: aquel era el Brasil del régimen dictatorial. Muchas ideas y conceptos que parecen ficción no lo eran en tiempos donde el ridículo reinaba. Aquí el final deja muchas cosas en el aire, pues aunque los personajes quizá no estén siendo buscados tal vez sí hubo un cambio radical en la ciudad en que viven; esa incertidumbre se instala en el momento de percibir el desolador escenario que van encontrando al salir de su auto reclusión. Este relato debe haber generado la idea para su novela “Cero”; parece un capítulo apócrifo de esa posterior obra. 


 
Como si fuera poco el libro viene con dedicatoria de puño y letra del autor hecha el 20 de abril de 1976 para Philp y Sonia: si estuviese solamente la firma del escritor sin dedicatoria probablemente lo hubiese encontrado a un precio diez veces mayor del que estaba. 


Sus personajes son frios, como curtidos por la pobreza, la dura vida, y la injusticia, esperan poco o nada de la vida, ni siquiera parecen buscar felicidad, cada cual a su manera parecen buscar tan solo un poco de dignidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí no pudiste traducir algún relato? jeje.. Disculpa el reclamo pero hay tan poco de él en español.

Bruno.

Manolo Malpartida dijo...

Me hubiese encantado traducir alguno pero los tres son muy largos, dos de ellos son casi nouvelles. En compensación en el libro anterior de este mismo autor dejé dos relatos. En la medida de lo posible en un futuro dejaré alguno.

¡Abrazo!