Evangelos Tsantali Winery
Tsantali St. Nicolas 2008
70% Cabernet Sauvignon – 30% Limnio
13,5% Grad. Alc.
Monte Athos; Grecia.
Luego de apreciar a dos compatriotas suyos (los del
Domaine Sigalas de las Islas de Santorini) regresamos a los caldos de la casa
Tsantali, en esta oportunidad con una botella que carece de etiquetas, y es que
las letras ambarinas vienen grabadas directamente al vidrio –y por ambos lados-
haciendo un bello contraste con el fondo oscuro. El “bernet sauvignon” no es una nueva cepa: la princesita inca de la
casa en algún momento consiguió rasgar las dos letras iniciales del nombre “ca” lo que denota claramente que ...,
tenemos que cortarle las uñas.
Ya habíamos probado el Metoxi Chromitsa Red del
mismo terruño y ahora degustamos este St. Nicolas que pertenece a una línea
superior. Al igual que aquel, los viñedos donde cultivan las uvas para este tinto
también son del
Monasterio de San Panteleimon (San Pantaleón) en el Monte Athos.
A la vista, de un rubí muy obscuro, de bordes algo
ocres; de capa media, lágrimas de mediana intensidad. En nariz, inicialmente
discreto, aparece primero lo afrutado, ciruelas negras, moras, ya en la tercera
copa hay algo de vainilla. En boca, en la copa inicial la primera sensación es
cálida, pero es tan breve que necesité que luego
esto desaparece, ojo, no se percibe alcohólico, no incomoda, sólo es diferente;
lo afrutado se refrenda, frutas negras: ciruelas, moras; de mediana
corpulencia, sin llegar a ser untuoso; luego de una hora y algo más se percibe
algo de madera, ningún tablazo, esto muy leve, también toques de vainilla; de
final mediano con retrogusto a humo, a tabaco, fuerte, rico.
Este griego tuvo reacciones diversas: de los cuatro
presentes a uno pareció no agradarle y se fue a lo seguro, un carmenere chileno
que también había por ahí. Los otros tres, más aventureros, continuamos hasta
el final de la botella. Nos agradó esta experiencia diferente, aunque no llega
a ser potente, el final sí es fuerte, quizá evolucione en botella un par de
años más. Sin llegar a considerarlo “el vino”; por aquí estamos curiosos por que
llegue otra añada de este mismo St. Nicolas. Un muy agradable tinto griego al
que le faltó untuosidad para llegar a ser soberbio.
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