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domingo, 11 de diciembre de 2011

Obikwa, Chenin Blanc 2007




Distell; Obikwa, Chenin Blanc, 2007; 12, 5% Grad. Alc; Stellenbosch, W.O. Western Cape, Sudáfrica.

Hasta el momento los vinos sudafricanos continúan sorprendiendo. Luego del fiasco con el Salton Volpi anterior (quizá no era la añada y sí la manera de conservación del supermercado donde fue adquirido) había algo de temor por la añada de este ejemplar sudafricano, pero luego del descorche ese temor desapareció por completo.

Así como las marcas “Casillero del Diablo” de Chile, y “Postales del fin del mundo” y “Trapiche” argentinos, los vinos de la marca “Obikwa” tienen una muy buena presencia en el mercado brasileño, encontrando sus coloridas etiquetas por donde vayas. Este no fue comprado en un súper’ y sí en una vinoteca, donde la seguridad de una conservación adecuada está garantizada. Veré si para más adelante subo fotos del lugar que tiene una excelente infraestructura.

El vino: de una coloración muy diferente, un dorado muy vivo, color de miel. Olor afrutado, destacando lo cítrico. Después de un tiempo se percibe algo mineral. Ya en la boca presenta una buena acidez, equilibrada; es floral, fresco, también mineral: totalmente diferente a las cepas de mayor presencia encontradas por aquí (sauvignon blanc y chardonnay). Refrescante. A los RS 23,90 encontrados tiene una excelente RPC. Muy apropiada para el verano que ya llegó. Una agradable sorpresa.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Salton Volpi, Sauvignon Blanc 2008



Vinícola Salton; Salton Volpi, Sauvignon Blanc 2008; 11,9% Grad. Alc; Tuiuty, Bento Gonçalves, Rio Grande do Sul, Brasil.

Un error que no debo cometer nuevamente: no volver a comprar en supermercados, ya que la manera de conservación sé que no es de las mejores, y, en vinos jóvenes blancos no arriesgar con añadas mayores a dos, pues lo más probable, es que el vino esté muerto.
Esto, aunque ya lo sabía, no impidió hacerme de esta botella. Un Salton Volpi oscila por aquí entre los RS 28 y RS 31. Al encontrarlo a RS 15,90 decidí arriesgar, sabiendo que podía perder, y perdí.

Es interesante detenerse a pensar sobre esto: el vino, a diferencia de otros licores, es una bebida viva: crece, se desarrolla, y consecuentemente, muere. Creo que ya lo escribí antes: eso de que el vino cuán más viejo mejor, es una regla sólo para tops, y dependiendo la manera de conservación.

Al vino. Primera señal: el corcho salió muy fácil, casi sin esfuerzo, no se hinchó, parecía haber perdido su elasticidad. Lo increíble después de esto es que el vino aún suelte un olor agradable, a manzanas verdes, aroma muy acentuado, y hasta ahí llegó. No estaba muerto, pero sí agonizando. No soltó una puta lágrima en ningún momento; de un dorado casi ambarino, muy acentuado. El olor, como ya lo mencioné, a manzanas verdes pero sin esa frescura típica en esta cepa; aquí el aroma parecía como su último suspiro. En la boca una acidez leve en la primera copa, sensación que desaparece en poco tiempo, para luego estar con una bebida inerte, sin vida ni alma; una lástima. Vinos blancos jóvenes tienen que ser de añadas recientes, ya que no aguantan por mucho el pasar del tiempo. Y tenemos otro blanco por aquí, aunque comprado en una vinoteca (por lo menos me da la seguridad de un mejor manejo de las botellas y una mejor conservación) y del 2007 todavía, de otra casa, cepa y país, Qué miedo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Postales del fin del mundo, Roble Malbec 2009



Bodega Del fin Del Mundo; Postales del fin del mundo Roble, Malbec 2009; 14,5% Grad. Alc; San Patricio del Chañar, Neuquén, Patagonia, Argentina.

Para acompañar unas costillas con hierbas cocinadas en olla a presión abrimos este Postales Roble.

De un violeta denso, muy agradable a la vista, denota más corpulencia de la que en verdad tiene. Forma lindas y persistentes lágrimas en las paredes de las copas. Su olor inicial remite a ciruelas, pasas, algo dulzón, luego de un tiempo (30 min. aprox.) se percibe tabaco; en ningún momento se percibió alcohólico. Ya al probarlo no es tan denso como parecía al inicio, de mediana para suave corpulencia, de una suave tanicidad, no te seca la boca fuertemente, con una acidez equilibrada, rica; aunque de corto final es muy agradable la experiencia, más cuando recuerdas lo que cuesta. Pasa 6 meses en barriles de roble de los cuales 70 % son Franceses y 30 % americanos, aunque quede cierta duda de esta última información, de esto comento en las líneas debajo de la segunda foto. No me lo imagino sin comida; realzó el sabor de esta. La diferencia de precio con el “Postales… normal” es mínima, pero este está mejor estructurado, el disfrute fue mayor con lo encontrado en esta línea, lo que motiva a probar en un futuro las otras variedades del Postales Roble.





No acostumbro a fotografiar las etiquetas posteriores, pero este caso lo ameritaba. Del fin del mundo es una bodega con un prestigio ganado no sólo en Argentina sino en varios países de la región y quizá por otros lares todavía más lejanos. Sorprende encontrar un grueso error en la redacción de su etiqueta. Como se puede ver en el pequeño cuadro que hay en esta, debajo del nombre “indicando Roble Malbec” aparece a continuación “Variedad : 100% chardonnay”, y dos casilleros más abajo “Temperatura de servicio : 8º C a 10º C.” La cepa es malbec, y la temperatura recomendada para servirlo oscila entre los 16º a 19º. Como este es un vino joven 16º C está bien. Con esa información errada sospecho que el porcentaje sobre los barriles de roble francés y americano debe estar también errado.

El vino está bien, sobre todo al precio que se encuentra (RS 28) considerando que en otros países debe ser más económico aún. El importador aquí en Brasil podría haber colocado “un parche” encima, corrigiendo la información, pero por lo visto ni enterados están.

Con una buena relación precio calidad, y una agradable bebida, es sólo tener más cuidado en revisar antes de imprimir y etiquetar.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Um fotógrafo, Gaspar Gasparian




Así como hace poco estuvo expuesta por aquí la muestra de Maureen Bissilliat, ahora el MON tuvo a bien traer a la ciudad la exposición de otro de los principales fotógrafos en Brasil, Gaspar Gasparian (São Paulo, 1899 – 1966), pionero del movimiento pictorialista aquí en el país del futbol, la samba y los milagros por tv de las diversas religiones que afloran y se publicitan por aquel medio.

Gasparian comenzó relativamente tarde a desarrollar su pasión. Entre las dédacas del ’40 y ’50 se dedicó a fotografiar naturaleza muerta, intentando acercar la fotografía a la pintura. Se detenía en medio del camino (algunas veces con su familia en el auto) a esperar pacientemente una posición favorable del sol para aprovechar las sombras en los paisajes que quería capturar; hasta que el arte te harte, como versa una canción de Rafo Ráez.

Para los que gustamos de la elegancia del blanco y negro es reconfortante el poder conocer su trabajo, siempre teniendo en cuenta que fueron hechos en tiempos donde lo analógico era el único medio viable. Resalta en su obra los recortes hechos del área que quería destacar, esto es, conseguía capturar un área mayor pero lo editaba, recortando el área que quería presentar.

Del 03/09 al 20/11 la sala Guido Viario acogió las 139 fotografías que conformaron este conjunto del maestro Gaspar Gasparian, el fotógrafo de São Paulo. Aquí, sólo un cachito.














miércoles, 30 de noviembre de 2011

Oracle of the rain Chardonnay 2009



Farmer’s Winery 
Oracle of the rain 
Chardonnay 2009 
14% Grad. Alc. 
Stellenbosch, Western Cape, Sudáfrica.

Después de la muy agradable experiencia con el L’avenir sudafricano, miramos con otros ojos a los ejemplares de ese país. Así nos deparamos con este “Oracle of the rain” (los hay “… of the sun” y “…of the wind”, variando el nombre y el arte en la etiqueta para cada cepa) a un precio muy accesible (RS 25) considerando que los vinos del otro lado del charco son excesivamente caros en comparación a lo que se encuentra fuera de las fronteras brasileñas, o en algún duty free. Tal hecho hace dudar al momento de hacerte de una botella, y, en casos como este la sorpresa se torna en felicidad al presenciar cuán bien acompañó un espagueti al pesto que en Lima lo preparaba con espinaca y albahaca, y al no encontrar el segundo ingrediente aquí, lo sustituí por manjericão: quedó mucho mejor, esta hierba es más aromática.

Al vino: cromáticamente agradable, de un amarillo más pronunciado (en comparación al chardonnay brasileño anterior), forma efímeras lágrimas. De un olor muy afrutado; hay un toque de vainilla ahí. En la boca nuevamente lo afrutado destaca; de una equilibrada acidez, no es agresivo; hay un toque dulzón muy rápido que no es percibido en la segunda copa; no se percibe alcohólico. Aunque de corto final –a pesar de sus 14% de Grad. Alc.- no opaca la agradable sorpresa que llegó a ser.

No será memorable –como su compatriota bebido días atrás- pero cumplió perfectamente en una cena en una noche cualquiera.

sábado, 26 de noviembre de 2011

El cuarto oscuro, Junnosuke Yoshiyuki




Título original : 暗室 - Anshitsu
Título en portugués : O quarto escuro
Año de publicación : 1969
Editor : Editora Brasiliense
Año de esta edición : 1988
Traducción : Fernando S. Vugman


Luego de tener la satisfacción de encontrar y disfrutar a Shusaku Endo, tuve la suerte de descubrir el libro de esta entrada, obra de Junnosuke Yoshiyuki (Okayama, 1924 – 1994), otro escritor nipón del que ignoraba de su existencia.

Aquí, Shuichi Nakata, un escritor cuarentón y viudo, acostumbra hacerse de la compañía de diversas prostitutas, más jóvenes que él, con las que inicialmente satisface sus deseos primarios, pero que, sin proponérselo, irá relacionándose con algunas de ellas, como es el caso de Maki y Natsue, con las que desarrollará no sólo intensas sesiones de sexo -donde descubrirán la práctica del sado masoquismo- sino también profundos y sabrosos diálogos sobre aborto, lesbianismo, y relacionamiento de parejas.

Si bien la historia de Yoshiyuki centra en esto la trama de su obra, también encontramos aquel recelo de Nakata sobre la muerte de su mujer, Keiko. Él se aferra a lo del accidente automovilístico, motivo de la tragedia, pero cuando reaparece en su vida un antiguo colega, Toru Tsunoki, escritor de éxito en su juventud, con quien había dirigido una revista literaria, nuestro personaje principal tendrá un indicio de que su otrora colega era amante de su mujer, considerando por momentos este posible hecho el motivo de un probable suicidio. Esta es una historia obscura e inconclusa que el autor la deja en el aura de la sospecha y es el motivo principal para que Nakata busque un cable a tierra en los encuentros furtivos con las diversas prostitutas que irá encontrando en su camino.

Me pregunto si en Japón los psicoanalistas tendrán éxito. No recuerdo que alguien me haya comentado ir a alguno. Pero sí, es una práctica muy común el acudir a los “sunakku” (se pronuncia “sunako”), los “snack-bar” ponjas donde la gran mayoría va para buscar compañía de mujeres, muchas veces ni para hacer sexo –generalmente si son japoneses; ya algunos latinos hasta llegaban a tener problemas con la yakuza por no regresarla a la hora indicada - , y sí para conversar, embriagarse, tomarse fotos al lado de sus muy poblados órganos genitales –si son japonesas; las latinas y europeas son bien afeitaditas- y mostrarlas en la fábrica a los colegas del trabajo al día siguiente: es así como generalmente realizan sus catarsis. Déjà vú. Mejor regreso al libro.



Debe tener algo de autobiográfico; pasa esa impresión. En ningún momento la prosa de Yoshiyuki es vulgar, ni en las escenas sadomasoquistas donde las descripciones son muy gráficas; consigue mantener una cadencia que no transborda la estética de la cual el autor hace gala en la elaboración de su historia.

Esta obra se llevó el Premio Tanizaki de 1970.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Santa Colina Estilo, Chardonnay 2009



Vinícola Aliança; Santa Colina, Estilo; Chardonnay 2009; 13% Grad. Alc; Paralelo 31°, Santana do Livramento, Rio Grande do Sul, Brasil.

Allá, bien al sur de este enorme país, en la frontera con Uruguay, está ubicado el municipio de Santana do Livramento, irónicamente a una distancia más cercana a la capital de su vecino (Montevideo) que a la capital de su propio estado, Porto Alegre. Y es quizá esta cercanía que hace de los viñedos de esta casa reciban las bondades del clima, muy diferente del típico ambiente tropical que caracteriza al Brasil.

Resaltan en la etiqueta lo del “Paralelo 31”, queriendo resaltar sobre aquella máxima que indica que las zonas apropiadas para el cultivo de las diversas uvas se dan, en el hemisferio norte entre el paralelo 30º y 50º, y en el hemisferio sur entre los paralelos 30º y 40º. Esto es algo así como una ley, lo más recomendable, aunque aquí en Brasil ya producen vino aquí en el Paraná y en Pernambuco, este último lugar bien al norte del país, fuera de estos límites; y Perú en su totalidad está también fuera de esas zonas y se produce vino hace mucho tiempo; México también produce vino hace mucho y creo que también tienen zonas más al sur del Paralelo 30º Norte. Sobre esto hay mucho por abordar, sólo quería aclarar a qué se refería con eso del “Paralelo 31º” en la contra-etiqueta.

Este vino es una gran sorpresa. Nunca antes lo habíamos visto, y debo confesar que lo que atrajo la atención fue el diseño de la xilografía que adorna la etiqueta. A diferencia de un libro, en donde hacerse de uno por la portada no es lo más recomendable, en un vino me atrae la idea de mezclar dos artes: la pintura (en este caso una xilografía), y el vino.

En Brasil esto no es una novedad: una de las líneas de la Vinícola Salton lleva el nombre del pintor ítalo-brasileño Alfredo Volpi: la línea de vinos Salton Volpi, cuyas diversas pinturas conforman la etiqueta de la gama de vinos en dicha línea.

Aquí son obras de cuatro diferentes artistas para las cuatro cepas que conforman la línea Estilo de Santa Colina, todos al parecer artistas del mismo estado al que pertenece esta bodega: Rio Grande do Sul; bacán la iniciativa.

Así, la obra “Abajour”, donde una pareja de amantes están envueltos bajo una tenue luz, de la artista plástica Arlete Cousandier Santarosa (Bento Gonçalves, Rio Grande do Sul, 1945) engalana las botellas del chardonnay de esta casa.




El vino: como dije al principio, sorprendió. Es de un amarillo concentrado, con burbujas pequeñitas que se ubican en la base de la copa, de tenues lágrimas, parece tener mediana corpulencia. Nariz: inicialmente es muy oloroso, a piña, manzanas verdes, aroma cítrico, muy agradable. Ya en la segunda copa no hay esa explosión aromática del inicio. Boca: es afrutado, piña, lima, manzana verde de nuevo, es cítrico, refrescante, de una agradable acidez, y un leve toque de amargor al final. Lo impresionante es el precio: RS 14,80, con una excelente relación precio calidad.

Una muy agradable sorpresa.