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viernes, 29 de octubre de 2010

Alma Negra, Pinot Noir 2008



Tikal – Ernesto Catena; Alma Negra 2008; 100% Pinot Noir; 14,5% Grad. Alc; Valle del Uco, Luján de Cuyo - Mendoza, Argentina.

Estar ante un rótulo de un Alma Negra es tener la seguridad que vas a trasegar un buen vino, y esto debería ser tácito, si tenemos en cuenta que tras esta etiqueta está el nombre/marca Catena. Una particularidad que hace algún tiempo el amigo brasileño Henrique Menezes me hizo notar: la botella de un Alma Negra es más pesada de otras marcas de vinos, el envase es de un grueso vidrio, y, aunque aparente mayor tamaño trae la misma cantidad (750ml). Este Pinot Noir no está a la venta en Brasil, sólo se encuentra cruzando la frontera con Paraguay, en las vinotecas de los diversos shoppings de Ciudad del Este, o claro, en la otra frontera cerca de ahí, enrumbando a Misiones, Argentina, sólo que ahí no sé de la existencia de alguna tienda de vinos.

Esta bebida es de un tenue violeta, de lágrimas medianas pero intensas, no aparenta corpulencia. Tiene un nítido olor a flores, a rosas, muy presente; también olor a moras. Al beberlo poco tiempo después de ser servido se siente una acidez marcada, que luego de esperar un tiempo (10 min.) desaparece, quedando tan sólo una leve sensación, que no incomoda en lo absoluto; su alto tenor alcohólico (14,5%) equilibra su acidez. De final mediano, taninos suaves, es un vino suave pero complejo: ojo, por “suave” no confundir con “jugo de uva”, no creo que exista un vino Catena que esté cerca de aquel concepto; entiéndase “suave” como leve, no es robusto, pero sí elegante. Acompañó muy bien nuestro risotto de pollo.

martes, 26 de octubre de 2010

Prosas apátridas aumentadas, Julio Ramón Ribeyro



Prosas apátridas aumentadas; Julio Ramón Ribeyro; Editorial Milla Batres 1978; Perú.

A diferencia de los “Dichos de Luder”, donde encontrábamos una compilación de frases con alta carga de ironía, aquí estamos ante reflexiones más complejas y profundas por parte de nuestro (para nosotros, los peruanos) recordado escritor. También, a diferencia de los “Dichos…”, estas prosas vienen enumeradas, así, la primera edición de este libro, “Prosas Apátridas” de 1975, trajo 89 textos; el libro que poseo, las “… Aumentadas” traen 61 textos más (o sea 150), y, en la edición de Tusquets Editores de 1986, intitulada “Prosas Apátridas Completas” estas llegan a 200; desconozco si en la última edición de Seix Barral recogen prosas inéditas. Esta obra es como aquellos buenos libros de poesía: puedes cogerlo y leerlo en cualquier momento, releerlo por partes, intercalándolo con alguna otra obra, echarte “un par más” antes de ir a dormir. Mediante estos textos -así como en sus cuentos- encontramos en Ribeyro a aquel atento observador, quien plasma con una increíble facilidad lo que estuvo ante él, y de seguro, está ante nosotros, pero que nosotros no percibimos.

“¡Cuántos libros, Dios mío, y qué poco tiempo y a veces qué pocas ganas de leerlos! Mi propia biblioteca, donde antes cada libro que ingresaba era previamente leído y digerido, se va plagando de libros parásitos, que llegan allí muchas veces no se sabe cómo y que por un fenómeno de imantación y de aglutinación contribuyen a cimentar la montaña de lo ilegible y, entre estos libros, perdidos, los que yo he escrito. No digo en cien años, en diez, en veinte, ¿qué quedará de todo esto? Quizás sólo los autores que vienen de muy atrás, la docena de clásicos que atraviesan los siglos a menudo sin ser muy leídos, pero airosos y robustos, por una especie de impulso elemental o de derecho adquirido. Los libros de Camus, de Gide, que hace apenas dos decenios se leían con tanta pasión, ¿qué interés tienen ahora, a pesar de que fueron escritos con tanto amor y tanta pena? ¿Por qué dentro de cien años se seguirá leyendo a Quevedo y no a Jean Paul Sartre? ¿Por qué a Francois Villon y no a Carlos Fuentes? ¿Qué cosa hay que poner en una obra para durar? Diríase que la gloria literaria es una lotería y la perduración artística un enigma. Y a pesar de ello se sigue escribiendo, publicando, leyendo, glosando. Entrar a una librería es pavoroso y paralizante para cualquier escritor, es como la antesala del olvido: en sus nichos de madera, ya los libros se aprestan a dormir su sueño definitivo, muchas veces antes de haber vivido. ¿Qué emperador chino fue el que destruyó el alfabeto y todas las huellas de la escritura? ¿No fue Eróstrato el que incendió la biblioteca de Alejandría? Quizás lo que pueda devolvernos el gusto por la lectura sería la destrucción de todo lo escrito y el hecho de partir inocente, alegremente de cero.”
(Prosa 1, págs. 3 y 4)


“Lo fácil que es confundir la cultura con erudición. La cultura en realidad no depende de la acumulación de conocimientos, incluso en varias materias, sino del orden que estos conocimientos guardan en nuestra memoria y de la presencia de estos conocimientos en nuestro comportamiento. Los conocimientos de un hombre culto pueden no ser muy numerosos, pero son armónicos, coherentes y, sobre todo, están relacionados entre sí. En el erudito, los conocimientos parecen almacenarse en tabiques separados. En el culto se distribuyen de acuerdo a un orden interior que permite su canje y su fructificación. Sus lecturas, sus experiencias se encuentran en fermentación y engendran continuamente nueva riqueza: es como el hombre que abre una cuenta con interés. El erudito, como el avaro, guarda su patrimonio en una media, en donde sólo cabe el enmohecimiento y la repetición. En el primer caso el conocimiento engendra el conocimiento. En el segundo el conocimiento se añade al conocimiento. Un hombre que conoce al dedillo todo el teatro de Beaumarchais es un erudito, pero culto es aquel que solamente habiendo leído “Las bodas de Fígaro” se da cuenta de la relación que existe entre esta obra y la Revolución Francesa, o entre su autor y los intelectuales de nuestra época. Por eso mismo, el componente de una tribu primitiva que posee el mundo en diez nociones básicas es más culto que el especialista en arte sacro bizantino que no sabe freír un par de huevos.”
(Prosa 21, págs. 24 y 25)





Aunque es de aquella generación, a Ribeyro (Lima 1929 – 1994) parece no haberle pesado no estar considerado entre los escritores de aquel “Boom latinoamericano” de literatura. Las últimas re-ediciones en casas como Seix Barral nos dice que se mantiene presente, sus libros sobreviven al tiempo.

“El arte del relato: sensibilidad para percibir las significaciones de las cosas. Si yo digo: “El hombre del bar era un tipo calvo”, hago una observación pueril. Pero puedo también decir: “Todas las calvicies son desgraciadas, pero hay calvicies que inspiran una profunda lástima. Son las calvicies obtenidas sin gloria, fruto de la rutina y no del placer, como la del hombre que bebía ayer cerveza en el bar Violín Gitano. Al verlo, yo me decía: “¡en qué dependencia pública habrá perdido este cristiano sus cabellos!”. Sin embargo, quizás en la primera fórmula resida el arte de relatar.
(Prosa 83, pág. 91)


“Cuando alguien se entera que he vivido en Paris casi veinte años me dice siempre que me debe gustar mucho esa ciudad. Y nunca sé qué responderle. No sé en realidad si me gusta Paris, como no sé si me gusta Lima. Lo único que sé es que tanto Paris como Lima están para mí más allá del gusto. No puedo juzgar a estas ciudades por sus monumentos, su clima, su gente, su ambiente, como sí puedo hacerlo por las que he estado de paso y decir, por ejemplo, que Toledo me gustó pero que Fráncfort no. Es que tanto París como Lima no son para mí objetos de contemplación sino conquistas de mi experiencia. Están dentro de mí, como mis pulmones o mi páncreas, sobre los que no tengo la menor apreciación estética. Sólo puedo decir que me pertenecen.”
(Prosa 136, págs.. 141 y 142)


“El amor, para existir, no requiere necesariamente del consentimiento ni siquiera del conocimiento del ser amado. Podemos querer a una persona que nos desprecia o incluso que nos ignora. La amistad, en cambio, exige la reciprocidad, no se puede ser amigo de quien no es nuestro amigo. Amistad, sentimiento solidario, amor solitario. Superioridad de la amistad.”
(Prosa 145, pág. 150)

domingo, 24 de octubre de 2010

Terra De Vera Cruz, Tawny




Rozès S.A; Terra de Vera Cruz; Tawny; 20% Grad Alc; Cambres, Lamego, Douro, Portugal.


Anoche aparecieron por casa nuestros cuñados con esta botella, para compartirla luego de la pizza. Por lo que estoy averiguando (y aprendiendo) pertenece a la freguesía de Cambres, perteneciente al concelho de Lamego, ciudad que a su vez pertenece a la sub-región de Douro: este oporto estuvo más fuerte que el anterior vino oporto bebido hace algunos meses, a pesar de tener la misma graduación alcohólica.

Su color no era tan oscuro, de un violeta opaco, que formaba rápidamente lágrimas intensas; el olor era medio alcohólico, olor fuerte a pasas, muy marcado; en la boca nuevamente la sensación de pasas, miel, sensación de alcohol. Nunca había visto esta etiqueta así que bebimos una copa antes de la comida: es recomendable beberlo luego de haber ingerido algo, con el estómago vacío el efecto de una pequeña copa es suficiente para dejarte alegre. Agradable, no tanto como la conversa y la compañía.

viernes, 22 de octubre de 2010

Cristo Redentor - Cariño de Verdad

Quien tenga la oportunidad de estar por Rio de Janeiro en estos días tendrá un plus extra: podrá ver al Cristo Redentor -ayudado por la tecnología- cruzar los brazos.

Esta es una campaña denominada “Carinho de Verdade” (“Cariño de Verdad”) que busca la concientización de personas, instituciones, empresas, y organizaciones sobre el problema de la exploración sexual de niños y adolescentes en Brasil. Como madrina y cabeza de este proyecto está la presentadora infantil Xuxa Meneghel, quien parece dormir en formol pues se mantiene tan buena como en mis recuerdos de adolescencia.

A cada mil accesos (primero se pensó en 100, luego en 500) a la web site: http://www.carinhodeverdade.org.br/ el Cristo dará, ao vivo un abrazo, todo esto en 3D, y visto por quien esté por ahí cerca.

No necesitamos ser católicos para admirar este espectáculo y, aunque crea exagerado considerar al Cristo como “Maravilla del Mundo Moderno” (ahí están los moais de Rapa Nui, que hasta ahora no se sabe cómo fueron edificados, mientras el Cristo fue subido por grúas el siglo pasado), igual este espectáculo por vídeo es ya sorprendente, en vivo debe ser aún mejor.

La dirección de esta obra es de Fernando Salis, y la empresa encargada del proyecto audiovisual en 3D es Visualfarm:
http://www.visualfarm.com.br/blog/



miércoles, 20 de octubre de 2010

Marqués de Riscal Reserva 2005




Herederos del Marqués de Riscal; Reserva 2005; 90% Tempranillo, 10% Graciano y Mazuelo; 13,5% Grad. Alc; El Ciego (Álava), D.O.C. Rioja, España.


Los vinos europeos, tras “cruzar el charco”, llegan a esta parte del mundo con precios elevados, pero, particularmente en Brasil, los precios lindan con lo absurdo. Sus impuestos encarecen y mucho los precios, y no sólo de los europeos, también de los vecinos argentinos, chilenos y uruguayos. Aquí es fácil encontrar vinos (entiéndase, posibles vinagres) franceses, italianos, españoles y portugueses a RS30 ($18), inclusive menos, que imagino deben costar muy poco en sus respectivos países. Muchos pagamos el “derecho a piso”, como decimos en Lima: todavía recuerdo el veneno aquel -ya que ni a vinagre llega- de Castillo de Liria español que sufrimos el año pasado. No es lo mismo un vino de $20 comprado en cualquier de esos países europeos que uno de $20 comprado en Brasil o quizá en cualquier ciudad de Latinoamérica. Por ejemplo, tanto los Marqués de Casa Concha chilenos como el vino español de este post se pagó, afuera de las fronteras brasileñas, $18 (RS30 / S/49,20). Ya aquí el chileno fluctúa entre RS80 y RS100 ($48,20 y $60,20 / S/131,65 y S/273,00), y este español también se encuentra a no menos que RS100 ($60,20 / S/273,20).

Sobre este vino,
Es muy común, por lo menos aquí en Brasil, llamarlo de “Marqués De Riscal”, obviando las dos primeras palabras del nombre; lo curioso de esto es que ya me topé con algunas personas que creen que son dos vinos diferentes.

La bodega es una de las más antiguas de esa región (Rioja), fundada en 1858 por Camilo Hurtado de Amézaga (el Marqués de Riscal), siendo este rótulo el más significativo y popular de esa casa. No producen vinos de categoría menor que esta, o sea, no encontraremos un “Crianza” en esta marca, sólo “Reserva” y “Gran Reserva”. Como particularidades de este vino, se vendimia a mano y es conservado en barricas de roble norteamericano durante 26 meses.

Al momento del descorche ya deja sentir su olor, invadiéndonos. Al ser vertido en las copas las lágrimas que produce son enormes, ni necesitas mover la copa, emana un fresco olor a pasas y frutas rojas maduras. Luego de un pequeño lapso de tiempo, al olerlo se siente de nuevo pimienta, como el vino del post anterior, pero ahora diferente, muy diferente, muy marcado; pasas,algo de vainilla; ella le sintió un poco de madera y yo no, hay algo que me recuerda a tierra mojada, muy agradable. Por cierto, a la vista no es corpulento, lo que no es un defecto, a estas alturas estábamos cautivados con esta bebida. En la boca tiene un amargor muy agradable, que se impregna en la punta de la lengua, hay una sensación de tabaco, es fácil de beber, ligero, de final medio, muy elegante: una muy agradable experiencia.

lunes, 18 de octubre de 2010

La mujer de las maravillas, Alberto Bevilacqua




La donna delle meraviglie; A mulher das maravilhas; La mujer de las maravillas, Alberto Bevilacqua 1984; Ed. Círculo do livro 1986; Italia.

Escritor, poeta, reportero, director de cine y crítico de televisión, Alberto Bevilacqua (Oltretorrente, Parma 1934) es toda una personalidad en el ámbito cultural italiano. Él cuenta que a los seis años de edad vivía en una casa lo más parecido a un cuartel de mujeres. Era época de guerra, y todos los hombres de la familia habían escapado, perseguidos por el fascismo. Se sentía solitario, y su único consuelo era observar aquella comunidad de féminas: sus pequeños dramas, sus amores perdidos, su inmensa soledad, pero sobretodo el no perder su manera de vestirse, de peinarse, de mantenerse bellas. En sus novelas Bevilacqua suele retratar el complejo universo femenino.

A sus veinte años comenzó a trabajar en un diario de su ciudad natal, “La Gazeta”, encargándose de la sección literaria. Dos años después se trasladó a Roma colaborando en “Il Messagero” y en “Corriere della Sera” donde permaneció por muchos años.
Su oportunidad se da cuando el escritor Leonardo Sciascia hace una mención elogiando el libro de cuentos “La Polvore sull’Erba” de Bevilacqua. El encuentro con Sciascia fue definitivo en el futuro de Alberto.

En cuanto a esta obra:

En una noche tranquila Alberto ve como una silueta de mujer invade su hogar, profanando sus cosas. Inicialmente piensa en una ladrona, pero luego percibe que no se lleva nada, sólo revisa con minuciosidad cada canto, como si tuviera un derecho que él desconoce. Ella parece no preocuparse en ser descubierta, y llega incluso hasta el borde de la cama, observándolo; él finge dormir. Alberto no intenta descubrirla, y cuando decide hacerlo es ya muy tarde. Ahí comenzará una búsqueda por un ansiado reencuentro con aquella misteriosa mujer, que lo llevará a repasar las mujeres que alguna vez formaron parte de su vida, sobre todo Luisa, ex pareja y madre de sus hijos, quien vive en el departamento que alguna vez compartió con ella, y que ahora, desde una habitación de enfrente él puede observar las fiestas que ella organiza con sus diferentes novios, haciendo amistad inclusive con uno de ellos cuando aquel es también relegado por ella.



A cada capítulo el personaje irá deshilvanando una compleja madeja y cayendo en cuenta que aquella mujer lo conoce y mucho, más de lo que él imagina, descubriendo que en vez de querer confundirlo o jugarle una pasada la intención es ayudarlo.
La novela cuenta con una breve presentación por parte del personaje de esta historia. Desde ahí parece proponer alguna experiencia… mágica, rememorando sus viajes a Perú, Brasil (son mencionados cuatro veces en todo el libro) y al Tibet, donde conoce a un monje de nombre Khoda, todo esto hace que el personaje (autobiográfico al parecer) esté convencido en que aquella experiencia es algo sobrenatural.

La novela es de corte psicológico, y le encuentro un ritmo denso; al inicio del libro, a cada capítulo que voy pasando, las ganas de alejarme de este libro son cada vez mayores, luego la trama mejora o al menos no se me hace tan densa. El problema es que la trama no engancha, o yo con ella, aunque la idea no parece mala (esto me hace recordar la misma sensación que tuve con el “Budapeste” de Chico Buarque) la narración es pesada y, en su intento por descubrir quién es la mujer de las maravillas la trama se va enredando con un pasado que el personaje central de a pocos va recordando. No despierta en mí curiosidad alguna por descubrir quién es aquel “misterioso” personaje, y conforme voy avanzando sólo espero en llegar al final.

El mismo Bevilacqua dirigió una película basada en este libro con Claudia Cardinale y Ben Gazarra, entre otros, al parecer sin éxito alguno, a diferencia de otro libro escrito y también dirigido por él: “La Califfa” (escrita en 1964 y filmada en 1971, nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes de aquel año) donde actuaron Romy Schneider y Ugo Tognazzi; en esta obra, tanto el libro, como la película, tuvieron un reconocimiento al parecer merecido.

Es cierto que por una obra no debo calificar a un escritor, quizá esta no sea la más recomendada para conocerlo. Espero poder encontrarme en algún momento con otro libro suyo como “Questa specie d’ amore” que se alzó con el Premio Campello de 1966, o “L’occhio del gato” que a su vez obtuvo el Premio Strega de 1968, o “El Eros”, obra traducida al español y editada en aquellos libros rosados de la colección “La sonrisa vertical” de Tusquets Editores.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Censurato Cabernet Sauvignon 2008




Vinícola Franco Italiano; Censurato; Reserva Cabernet Sauvignon 2008; 13% Grad. Alc; Colombo, Curitiba, Paraná, Brasil.


Si el Sincronia de la misma casa sorprendió, este Censurato llegó más lejos todavía. Cris mencionaba que le recordaba al Casillero del Diablo, aunque suene a blasfemia para algún lector chileno, comentario quizá sesgado por su corazón verde amarillo; la verdad es que este vino de RS25 ($15) sorprendió y mucho.

Algo de historia:

En el año de 1878 llegaron a Colombo como inmigrantes la familia francesa Rausis, y la familia italiana Ceccon, y con ellos sus costumbres por cultivar parras, para la elaboración de vinos, naciendo posteriormente, con sus descendientes la Vinícola Franco Italiano.

Una Medalla de Plata con su respectivo diploma enmarcado adorna la sala donde reciben a sus visitantes con degustaciones de sus vinos y espumantes, y es que, esta marca Censurato ya fue premiado, su cabernet sauvignon cosecha 2005 recibió en el 2008 Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Vinhos do Brasil; la cosecha 2007 de la misma cepa (sólo tienen esa cepa en esa marca) recibió la Medalla de Plata en el mismo concurso edición 2010 y en el Concours Mondial de Bruxelles 2009.

Primero un detalle: generalmente cuando nos hacemos de algunas botellas no las consumimos en el acto, las dejamos descansar (de forma horizontal) del ajetreo desde la vinoteca hasta la casa o (con mayor razón) cuando son compradas en el extranjero. Este sábado último visitamos la pequeña y acogedora Vinícola Franco Italiano en Colombo, y hoy decidimos abrir una botella de aquel grupo. El detalle: a pesar que fue comprada directamente en la vinícola, al ser descorchado, el lado del corcho que da al interior de la botella estaba ligeramente manchado y húmedo, casi seco, lo que confirma que su almacenamiento hasta la venta final fue vertical, y no horizontal como debería ser. El color es de un agradable violeta, algo vívido, forma lágrimas algo más que medianas; a la vista no pareciera tener mucho cuerpo. El olor es a pasas, y algo de pimienta, al inicio se percibe una ligera sensación alcohólica que, luego de hacer la misma práctica 20 min. de ser vertido en la copa, desaparece, dejando sentir mejor su aroma a frutas. En la boca igual: al ser bebido luego de unos breves minutos de ser servido se siente algo de alcohol, aunque no llegue a incomodar, luego de esperar el mismo tiempo en la copa (20 min.) esta sensación desaparece completamente, deja una sensación tánica mediana, de corpulencia media también, un agradable amargor, sabor a frutas secas, pasas, guindones, y un retrogusto medio. Recibimos más de lo que esperábamos de este vino y sin duda fue una agradable sorpresa.

Aunque sabemos que faltan muchos rótulos brasileros por conocer podríamos decir que este fue el primero que nos dejó una sensación de sorpresa muy agradable por un vino brasileño, podríamos hacernos nuevamente de un Censurato en el futuro. Y eso que la vinícola no es de Río Grande do Sul, tierra donde se centran las mayores vinícolas (por estar más cerca de sus vecinos argentinos y uruguayos, ese estado tiene un clima parecido al de esos países), este vino es del Paraná, y de una vinícola pequeña, una sorpresa total.

jueves, 7 de octubre de 2010

Se hizo justicia: Vargas Llosa se alza con el Nobel de Literatura 2010



Sin duda alguna la gran noticia es el merecido Nobel de Literatura a Don Mario Vargas Llosa. No sólo por que la Academia Sueca se negase a conceder el mismo galardón al inmenso Borges, sino también por la actitud de comentar los hechos políticos mundiales por cada canto del mundo donde Vargas Llosa se presentase, los peruanos veíamos cada vez más lejana la posibilidad de que don Mario se adjudique este premio. Hoy hemos tenido una gran sorpresa, una alegría inmensa.

Aquí en Brasil está en las radios de noticias, en el Folha de São Paulo hay una amplia información al respecto, y en unos minutos más en el Jornal da Noite será noticia resaltante sin duda: no sólo los peruanos estamos de fiesta, la literatura latinoamericana ha sido premiada.

El primer libro que leí fue “La guerra del fin del mundo” en el ’94, aquel libro de tapa roja de Seix Barral que heredé (entre otros) de mi madre, me marcó para siempre e incentivó el vicio de la lectura.

En una feria del libro del 2008 en Miraflores se presentó él, deleitando a los muchos asistentes con sus recuerdos no sólo de ese distrito, sino del Perú. Aquel día tuve la suerte de estar visitando a Coralia (buena amiga que conservo en Lima) en su depa’ en ese mismo distrito, y junto a su hijo Alessio y al enamorado de Cory fuimos a la feria esa tarde/noche. Fue algo inesperado y muy emocionante el poder ver y escuchar disertar a uno de los sobrevivientes de aquel boom latinoamericano de literatura.

Es un enorme orgullo que va a durar para siempre.

Baquero 1886, Malbec 2007




Baquero 1886; Malbec 2007; Grad. Alc. 14,2%; Coquimbito, Maipú – Mendoza, Argentina.

El toledano Rito Baquero fue enviado de misión especial a Chile en 1884 por Alfonso XIII, pasando por Mendoza y enamorándose de una lugareña, motivo de su regreso definitivo, instalándose en aquella provincia argentina, fundando en 1886 junto a sus hermanos Ciriaco y Emeterio (pertenecientes a una familia viñatera de Castilla la Nueva) la bodega que hasta hoy en día se mantiene y es administrada por sus bisnietas Griselda y Marcela, en aquel mismo lugar que el inmigrante español escogió para residir a finales del siglo XIX.

Don Rito era un filántropo quien también lideró la empresa de la construcción del Hospital Español, para sus compatriotas residentes en Mendoza.

Actualmente la Finca Baquero en Coquimbito (a 19 kms. de Mendoza) cuenta con una posada (la Posada Maipú) donde quien la visite puede quedarse incluso a pasar unos días.

Sobre este vino: parece estar hecho de manera artesanal, en la etiqueta ya nos avisa “Producción Limitada de 35,000 botellas” siendo esta la 14,798.

Lo primero en llamar la atención es el violeta oscuro que tiene este vino; es muy agradable ver ese color tan peculiar en esta cepa. Denota mediano cuerpo, forma lágrimas medianas y con el transcurrir del tiempo va dejando sentir un agradable olor, ella percibió un leve toque de madera, a mí me pareció sentir un poco de higos.

De tanicidad equilibrada, acidez casi imperceptible, deja ese rico amargor en el paladar y la lengua, el retrogusto no es largo ni intenso, es mediano, nada mal para un vino joven. Hay una pequeña sensación de álcohol que, para nosotros no incomodó en ningún momento. Luego de la primera copa cortamos un pequeño molde de queso camembert; no sabíamos si combinaba, tampoco nos interesaba mucho aquello, lo importante es probar y experimentar: este queso tiene una capa o costra blanca como protección, al interior es suave y, aunque a ella le encante, a mí no tanto. Lo interesante estuvo combinándolo: el vino resaltó el sabor del queso en la boca, mejorándolo.

Este vino joven fue una agradable sorpresa.