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domingo, 22 de marzo de 2015

Pisano RPF Petit Verdot 2008





Bodega Pisano

Pisano RPF Petit Verdot 2008

Petit Verdot 100%

14% Grad. Alc.

Región Progreso, Canelones, Uruguay.




Cuando bebimos –y escribimos acerca de- el tannat de ésta emblemática bodega uruguaya dijimos que además de aquel con nosotros se vino éste petit verdot; pues hoy le llegó su hora, y qué mejor momento, es el que elegimos para ser el primer vino en nuestro nuevo lar tras una interminable mudanza. Por ser un momento especial sabíamos que no nos defraudaría, y así fue.

Las uvas para este tinto son vinificadas en tanques de inox con control de temperatura y maceración en frio para luego pasar seis meses en barricas de roble francés siendo el 25% de éstas nuevas.



Es negro hacia el centro, con bordes púrpuras de una tonalidad muy acentuada. Denota una corpulencia mayor que la media, tiñe las paredes de las copas, forma lágrimas medianas muy persistentes.

Posee un aroma leve a frutos rojos, también hay un leve toque vainilla, notas especiadas, todo en gran armonía. Es de un aroma muy intenso.

Desde el inicio se mostró muy elegante, con una acidez crocante, vibrante, muy fresco; la leve vainilla se refrenda, al igual que las sensaciones a frutos rojos. De final largo, con retrogusto a cuero, a chocolate bitter, e inclusive algo lácteo.



Adquirido en In Vino Véritas aquí en Curitiba a RS 72 reais (unos S/. 83 soles ó US$ 28 dólares, en su momento, segundo semestre del año pasado) y aunque estemos en Brasil (y es que en Perú el precio es mejor) consideramos que tiene una buena rpc. Preparábamos unas costillas asadas y por la alta camada de grasa que tiene este plato creímos que este varietal de petit verdot le iría de maravillas, y felizmente así fue. Este tinto posee todo un abanico de gamas en la etapa olfativa que ya elevaba las ansias por beberlo, y cuando lo hicimos simplemente nos dejamos llevar por este sabroso caldo. Como siempre, muy bien trabajado, así que esto no nos debe sorprender más en cuanto a algún vino de Pisano, ya nos tienen acostumbrado a eso. Una excelente experiencia. 





Fugue - Yngwie J. Malmsteen & The New Japan Philharmonic 

Recuerdo estar caminando despreocupado por el Jusco en Suzuka viendo cds cuando de pronto me deparo con uno donde un tío que pareciera salido de una película de época pero con guitarra en mano destaca delante de una orquesta filarmónica japonesa. Era el sueco Yngwie Johann Malmsteen de quien hasta ese momento nunca había escuchado en mi vida. Me hice del cd "Concerto Suite for Electric Guitar and Orchestra in E flat minor LIVE with the New Japan Philharmonic" y salí corriendo hacia mi viejo Daihatsu enrumbando al apato para escuchar tal disco. La experiencia fue orgásmica, y no hay un ápice de exagero. Desde ese día estoy atento a algún cd o vinilo de él, pero aunque en todos haga gala de una maestría absoluta con la guitarra, ninguno tiene esa mezcla de fuerza y elegancia a la vez que los temas del cd mencionado. 

En casa -y ahora en el depa'- sus temas son de cajón , una presencia segura, acostumbrando a Sofía cada vez más a estas dulces melodías. 

lunes, 16 de marzo de 2015

1879, Guillermo Thorndike





Año de publicación : 1977

Editora : Libre 1




Éste es un claro ejemplo de que se compran libros y el tiempo pasa y pasa y no hay cuándo leerlos. En mi caso nunca las cuatro obras estaban en un mismo lugar, hasta ahora, en Brasil, y enfrentándome a una mudanza más, pero con los otros tres a la mano. No quería leerlos con una distancia de tiempo mayor a un año, así que éste 2015 espero poder hacerlo. Por ahora, me despaché con el primer libro, y las sensaciones al final no son de las mejores.

Valor. Hay que tener valor para enfrentar éste primer libro de la tetralogía denominada “La guerra del salitre” de Guillermo Thorndike; confieso que mis expectativas eran altas. Estoy muy lejos de ser de aquellos chauvinistas disfrazados de nacionalistas; no es por ese sendero que abordaría éste libro, y los otros tres que lo complementan, sería un desperdicio. Nada lo abordo de esa manera, no cultivo ningún sentimiento de odio o incomodidad hacia algún ciudadano chileno, siempre he tenido buenas relaciones con personas de aquel país, desde Japón donde conocí una familia chilena, aquí en Brasil, y claro, en el Perú donde son muchos.

Como bien lo indica el autor al inicio del libro, lo relatado aquí no es una ficción, y él pudo basar su obra desde documentos oficiales de la época, pasando por partes militares y navales, telegramas, despachos de corresponsales de guerra, debates parlamentares, versiones taquigráficas, memorias y cartas de los protagonistas, noticias, anuncios y publicaciones de Lima, Iquique, Santiago, Valparaíso, y Nueva York, hasta menús oficiales del Huáscar y restaurantes donde los variopintos personajes transitan, además de aportar lo de su cosecha, o sea, un sinfín de documentos e información extraída además de bibliotecas particulares como las del Dr. Félix Denegri Luna y el R.P. Armando Nieto Vélez, ambos historiadores quienes también le brindaron asesoría, para poder armar este enorme rompecabezas, que ya hacia la primera mitad del libro siento le pasa factura al autor.

Antes de éste proyecto Thorndike ya era ducho y acostumbrado a realizar obras de "no ficción", como “El caso Banchero” disfrutado hace varios meses atrás, y otras tres obras más del mismo tipo pero ésta muy probablemente fue la de mayor envergadura, me atrevo a pensar mayor a la que él mismo imaginaba.

Es muy interesante saber hasta lo que garfeaba la élite peruana y extranjeros, en contraste con el pueblo en medio de la pobreza, y con un inminente rebrote de viruela en la capital peruana. Y es que una de las cosas interesantes que deja éste primer libro son los contrastes: a lo ya mencionado se suma el valor y patriotismo –muchos de ellos extranjeros en el Huáscar- de gente que prácticamente en harapos y casi sin armas se iban a la guerra, mientras en el Congreso de la República en Lima se explayaban en discusiones por meses acerca de detalles nimios para al final no aceptar los radicales cambios que necesitaba el país para generar dinero para bancar una guerra que el propio gobierno decidió asumir. Poco más de 130 años después el Congreso de la República –no todos, pero en su gran mayoría- sigue albergando gente que sólo busca sus propios intereses. Pero no quiero alejarme del libro.

Cuando Thorndike se embarca en los debates parlamentares ufff…, la obra se torna muy densa. Pero son capítulos necesarios para entender cómo esa bazofia de diputados y senadores –y para mi martirio uno de ellos se apellidaba Mapartida- que teníamos pensaban. “Pensaban” es un decir, porque ante el camino elegido la última cosa que parecían hacer era pensar. Increíblemente nunca imaginaron en perder la guerra. Increíblemente nunca imaginaron que el monitor “Huáscar” sucumbiría ante la numerosa y mejor equipada flota chilena, y menos aún lo que vendría después. Pero no quiero alejarme del libro.

Cuando Thorndike nos presenta los bastidores previos al combate en alta mar por momentos pareciera que tanta información a la mano para su proyecto lo agobiara. Pasa la impresión el no querer dejar ningún dato fuera del contexto de su obra, lo que la torna por un lado muy interesante el saber cada detalle por más mínimo que sea, pero por otro hay muchos trechos que sólo son realizados con frases cortas interrumpidas con un punto. Como telegramas. Aunque dicen mucho del cotidiano de aquella época conturbada, no me es agradable depararme con textos así. El poder hilvanar tantos detalles debió ser una ardua tarea; mucha información en detrimento de la narración. Y si a esto le sumamos algunos errores en tiempos e incluso algunos ortográficos -que pueden ser "los fantasmas"de edición, pero que uno repara más en ellos y llegan a pesar cuando otras cosas como las mencionadas vienen juntas-, las ganas de dejarlo se tornan una posibilidad latente. 


Pero por otros trechos él desarrolla esa prosa atrayente, fluida, una narración impecable por momentos, aquella que me atrapó en la obra sobre Banchero Rossi. Y no sé si será coincidencia o fue algo premeditado, pero entre los muchos personajes que él rescata, da voz y vida, es cuando la figura del Gran Almirante Miguel Grau Seminario aparece que su narración se vuelve más pulcra, limpia. Pareciera que el personaje de Grau acapara no sólo su mayor atención sino una desmedida –y ante los hechos, justificadísima- admiración hacia él. Parece que el mundo en la obra para, y sus mejores esfuerzos literarios regresan para describir sus acciones, por menores que éstas sean: desde castigar a un marinero insolente, al zambo Real Felipe, hasta sus acciones y decisiones en pleno combate; pero no es suficiente. Los innúmeros personajes vuelven a la trama y con ellos la inacabable y rica información que pareciera no saber enlazar a no ser con las ya mencionadas frases cortas.

Mucho pesa para no abandonar el libro la historia sobre las correrías del monitor “Huáscar”, pues estando prácticamente solo –junto a la corbeta “Unión”, de madera forrado en cobre, y con planchas de hierro sólo hasta la línea de flotación- alargó por seis meses la guerra ante la escuadra chilena en mayor número. Grau sabía usarla a su antojo, no sólo su monitor, sino el mar, el clima, cuándo virar, cuándo entrar despacio sin ser percibido. Pero todos sus esfuerzos contrastaban con la dejadez de los parlamentarios y políticos en la capital peruana.







Recuerdo que en Lima, al menos a inicios de los 80’s los niños estábamos acostumbrados a colorear figuras de Túpac Amaru, de Micaela Bastidas, de Grau, de Bolognesi, de Ugarte, a la par con las de Disney. Aquello que nos enseñaron de niño y quedó grabado con fuego en la escuela está plasmado en las páginas 160 y 161 de ésta edición: Grau ordenando salvar soldados chilenos a la deriva en alta mar, para luego darles ropa y comida, de la poca que tenían, desembarcándolos posteriormente en tierra sanos y salvos. ¿Por qué salvarlos si eran enemigos? – recuerdo algunas preguntas de compañeros de clase en primaria, o sea con 8 ó 9 años. -Porque eran personas como tú o yo enfrascadas en una guerra. Y porque Grau era diferente. Es así como deberíamos pensar y actuar.- Más o menos eso respondía el profesor en clase. 

Otro ejemplo: en su búsqueda por la “Abtao”, cargadas con cañones de 150, se deparó con el vapor chileno “Matías Cousiño”, que no fue hundida por ser una embarcación de transporte, dejando que sus tripulantes embarcasen en lanchas primero antes de abordarlo (Págs. 244 al 246). 

La carta dirigida a la viuda del capitán de fragata don Arturo Prat, y el trato hacia la escuadra chilena, desde marineros a altos mandos era de respeto, porque podrían ser enemigos por las circunstancias, pero no se perdía el respeto. Sí, Grau era diferente, así como otros pocos en aquella época. 




Monitor “Huáscar”

                                  Al ancla, Pisagua, junio 2 de 1879

Dignísima señora:


   Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a usted y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy, justamente, debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado, que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la "Esmeralda", fue como usted no lo ignorará ya, víctima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria. Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las, para usted, inestimables prendas que se encontraron en su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún consuelo en medio de su desgracia, y por eso me he anticipado a remitírselas.

   Reiterándole mis sentimientos de condolencia, logro, señora, la oportunidad para ofrecerle mis servicios, consideraciones y respetos con que me suscribo de usted, señora, muy afectísimo seguro servidor.



                                                             Miguel Grau





Inventario de los objetos encontrados al capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la corbeta chilena “Esmeralda”, momentos después de haber fallecido a bordo del monitor “Huáscar”.

Una espada sin vaina, pero con sus respectivos tiros.

Un anillo de oro de matrimonio.

Un par de gemelos y dos botones de perchera de camisa, todos de nácar.

Tres copias fotográficas, una de su señora, y las otras dos probablemente de sus niños.

Una reliquia del Corazón de Jesús, escapulario de la Vírgen del Carmen, y medalla de la Purísima.

Un par de guantes de preville.

Un pañuelo de hilo blanco, sin marca.

Un libro memorándum.

Una carta cerrada y con el siguiente sobreescrito: “Señor Lassero.- Gobernación Marítima de Valparaíso. Para entregar a don Lorenzo Paredes”.



                               Al ancla, Iquique, mayo 21 de 1879

                               El oficial de detalle

                                                 Pedro Rodríguez Salazar



(Págs 209 y 210) 




Ironías del destino. No sólo todos se conocían en ambos bandos, muchos incluso guardaban un parentesco familiar, como por ejemplo el mismo Grau quien tenía en Óscar Viel y Toro, posteriormente Comandante General de la Marina Chilena, quien estaba al mando de la fragata blindada “Blanco Encalada”, su concuñado. Grau no quería depararse con aquella embarcación, pero sabía que de hacerlo tendría que continuar con su deber. 

Ésta obra es la entrada al inicio de uno de los períodos más difíciles en la historia peruana. Deja claro que los verdaderos enemigos estaban sentados bien cómodos en el poder en Lima, mientras otros valerosos hombres eran mandados al sacrificio, en desproporción de armamentos y suplementos bélicos. Si bien es "no ficción" no deja de ser una novela. Si ben es una novela, no deja de ser parte de la historia. Muy importante e interesante para comenzar a informarse –para quien esté interesado- de una manera algo más relajada que un libro de historia aunque algo más densa que alguna otra obra del mismo Thorndike, por lo menos en comparación con "El caso Banchero". Para tener en cuenta que hechos como los retratados aquí nunca más se repitan. 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Dr. Heidemanns-Bergweiler Riesling Spätlese 2010





Heidemanns-Bergweiler Winery

Dr. Heidemanns-Bergweiler Riesling Spätlese 2010

100% Riesling

8% Grad. Alc.

Berkasteler alte Badstube am Doctorberg vineyards, Bernkastel, Valle del Mosela, Alemania.




Tras la tremenda experiencia con el último riesling alemán no pudimos esperar mucho tiempo para abrir otro ejemplar bávaro que hay en casa; éste Dr. Heidemanns-Bergweiler riesling spätlese ya estaba con las horas contadas.



Es de un amarillo intenso, denota mediana corpulencia, forma lágrimas medianas, de inicio se mostró algo carbónico.

En nariz las notas afrutadas son fuertes, marcadas: algo como maracuyá, mango, pero no eclipsan las herbales (parece camomilla), florales (flores blancas), y lo mineral que es como una brisa.

En boca, tiene una buena acidez, es un vino crujiente, las notas herbales y florales se refrendan; es de un final largo e intenso con un retrogusto afrutado con un toque muy leve como a miel. 






Adquirido en Total Wine de Chesapeake, VA, a US$ 29,90 dólares (RS 68 reais ó S/. 84,20 soles, en aquel momento), o sea, a éste precio con una excelente rpc. Es de un dulzor suave, diferente, que cuando pareciera ser sólo afrutado remata con aquellas sensaciones minerales muy frescas y sabrosas. Aquel dulzor y esa buena acidez están bien equilibradas, complementándose. También es del Valle del Mosela como su compatriota bebido hace poco, pero en éste Spätlese (cosecha tardía) las notas afrutadas son más marcadas, inclusive el caldo es algo más potente sin perder en ningún momento su gran elegancia. Si como nosotros -hasta hace poco- nunca han experimentado un riesling alemán, y por ahí se cruzan con alguno, llévenlo consigo, la experiencia muy probablemente les será placentera, verán a los vinos blancos con otros ojos, los de quienes espiaron por la rendija otro mundo. 






Volver a los diecisiete - Mercedes Sosa, Gal Costa, Caetano Veloso, Chico Buarque, Milton Nascimento


A mediados de los años 80's la Rede Globo realizó un programa especial con Caetano Veloso y Chico Buarque que como colofón tuvo a doña Mercedes Sosa acompañada de cuatro de las voces más significativas del MPB (Música Popular Brasileira) aquí en Brasil, juntos, los cinco, interpretando el himno de la chilena Violeta Parra. Un deleite el poder escucharlos, y verlos.    

jueves, 5 de marzo de 2015

Cambios, Mo Yan





Título original : Bian

Año de publicación : 2010

Título en portugués : Mudança

Año de la presente edición : 2013

Editora : Cosac Naify

Traducción del chino mandarín : Amilton Reis



La mejor manera de encarar recuerdos que por muchos pasajes son tristes es a través del prisma del humor. Es así que una de las últimas sorpresas en los Premios Nobel, el escritor chino Mo Yan hace gala de éste recurso y nos invita a ingresar a su pasado en ésta obra de encomienda.

Nunca había leído algo de Mo Yan, y sus otras obras me intimidan por la cantidad de páginas con que cuentan la mayoría, sino todas, y al regresar de Lima me deparo con ésta nueva edición, primera obra del Nobel chino editada en Brasil.

Ya en la breve introducción el autor nos cuenta cómo es que se embarca en esta empresa. Aquel breve texto ya me hace suponer que la lectura de éste pequeño libro (125 páginas) no será pesada, En esa breve introducción el autor no se cohíbe en ocultar su apatía inicial ante el proyecto, ni tampoco nos esconde su espíritu de clown: aquellas ganas de reírse de sí mismo.

Son ocho breves capítulos en que se remonta a su dura niñez, desde cuando fue expulso por ser acusado de ponerle un mote, una chapa, a su profesor Liu Tianguang, poseedor de una enorme boca, capaz de engullir su propio puño, pasando a ser llamado primero de Liu Hema (Hema = Hipopótamo), para luego ser llamado de Liu Hama (Hama = Sapo). Y aunque todos se burlaban, su fama de mocoso travieso pesó más para ser él el indicado como autor intelectual de ese grave hecho; y sólo era el comienzo.

Su juventud no fue menos dura. Se enroló en el servicio militar intentando un futuro mejor, pudiendo viajar a la capital Pekín, hecho poco común para jóvenes provincianos como él en aquella época. Y es así, a través de hechos de su vida, y de la de amigos suyos que nos va presentando la antigua China, y la China post Mao.

Aunque parece una autobiografía el autor utiliza la experiencia de otros, en particular la de un amigo suyo, He Zhiwu, centrándose en el cambio radical que tuvo su vida, desde cuando le pidió al autor 10 yuanes para un viaje en busca de una vida mejor, hasta el imperio que logra formar posteriormente. Y aunque el autor también mejora radicalmente su vida es la aventura y prosperidad de He Zhiwu la que se resalta más, y con él, los profundos cambios que va sufriendo aquel inmenso país, hoy, potencia y modelo a seguir en varios aspectos.

Además de He Zhiwu otro personaje que atrae mi atención es el viejo camión Gaz 51 de procedencia rusa. Mo Yan prácticamente le imprime alma a ese prospecto de chatarra volviéndolo una pieza fundamental en el desarrollo de las historias que aquí aparecen. Inclusive sabemos aquí que su importancia es tan marcada en sus recuerdos que lo incluyó en su primera novela “Sorgo rojo” de 1987. Ese destartalado vehículo aparece en gran parte de la obra, pieza de admiración en quienes lo descubren; definitivamente es uno de los protagonistas en estas breves memorias.

Y tal es el protagonismo de este viejo camión que la editora brasileña Cosac Naify de ésta edición utilizó los planos técnicos de éste vehículo para la portada, contra portada y solapas del libro, teniendo como resultado un bello visual cuando la despliegas; ¿viste Seix Barral? Como para las etiquetas de un vino o portadas de un disco, no es lo más importante, pero cuando la obra en sí resalta por la calidad de su contenido –como en éste caso-, estos detalles pasan a tener una mayor importancia, al menos para nosotros. 




De una escrita fluida, donde pareciera no haber lugar para la tristeza, con mucha sorna hacia sí mismo, me encuentro aquí ante las decisiones que van marcando el rumbo de su vida, y la de su entorno; la verdad me resultó una grata sorpresa, no imaginé depararme con tales registros. Presenciamos cómo el autor y sus compatriotas descubren que Mao no era Dios, y China no sucumbiría tras su deceso, por el contrario, nuevos y prósperos horizontes se develan para aquel país-continente. Éste pequeño libro es como un resumen hecho por un amigo para adentrarnos rápida y confiablemente en la historia contemporánea de un país tan insólito como atractivo. Es toda una delicatesen, una pequeña muestra del festín que imagino debe ser estar con algún libro suyo. Desde ahora las obras de Mo Yan no me intimidan más, por el contrario, mi desasosiego es grande por no haber buscado alguna obra suya en Lima, me perturba desde ya el no tener alguno conmigo estando en un país donde el castellano es lengua extranjera. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Obra Prima Malbec Reserva 2008





Familia Cassone

Obra Prima Malbec Reserva 2008

14,5% Grad. Alc.

Mayor Drummond, Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina.



Como bien muestra la etiqueta frontal de este tinto de Familia Cassone: elaborado con uvas provenientes de un viñedo de más de 90 años, y ese detalle -que para nada es pequeño- ya hace una diferencia con otros tintos. Tiene 12 meses de barricas nuevas de roble francés. Éste vino fue el obsequio de los compañeros de la oficina 
de Cris por su cumple' el año pasado; ¡gran obsequio!



De un violeta profundo, negro hacia el centro, bordes ligeramente ambarinos, tiñe las paredes de las copas, mediana corpulencia, forma lágrimas medianas e intensas.

Aroma a frutos rojos, moras, frambuesas, leve vainilla, leve especiado, clavo de olor; aroma muy intenso.

De taninos muy sedosos, de una mediana corpulencia, la fruta se refrenda en esta fase, se presenta también algo lácteo. De final largo, con retrogusto a chocolate de leche, muy intenso.



Aunque no tiene rpc por ser un obsequio lo hemos visto por las vinotecas curitibanas a un precio mayor a la media de reservas compatriotas suyos, pero definitivamente vale cada real. Es un tinto muy vibrante, de los que pareciera traer menos cantidad pues se acaba rápido. Muy intenso en nariz y en boca. No es porque sea un regalo, es porque el vino resultó de aquellas experiencias que ahora sabemos se tiene que repetir. ¡Un tinto memorable! 





Metamorfose ambulante - Zé Ramalho 

Tengo cierta predilección por cantantes cuya voz no es tan melodiosa, es más áspera, de lija, de aquellas que se les hace difícl el poder proyectar los más altos tonos, y de intentarlo llegan a alcanzar una sordidez de natural belleza en algunos temas, aunque no siempre. Desafinan, se podría decir la primera vez que se les escucha, y ellos lo saben; ahí radica la belleza. Joaquín Sabina, Andrés Calamaro, Nacho Vegas, Bob Dylan, Tom Waits, éste último me costaba escucharlo, pero me resultaba tan original. Recuerdo a mi amigo Elier machacándome con sus cds de Tom Waits, algo que sólo el tiempo y la lejanía en la isla hicieron que enganchase con él. En esa línea de estos cantantes está el brasileño Zé Ramalho.  

Hace poco, cuando subíamos nuestras impresiones sobre el último tinto bebido dejábamos como fondo musical un clásico tema de Raúl Seixas. Hoy, mientras degustábamos este sabroso tinto argentino escuchábamos a este cantante no menos clásico en Brasil, quien grabó a inicios de éste siglo un cd con canciones del recordado Raulito: "Zé Ramalho canta Raul Seixas", cuya segunda canción es la que dejamos hoy.