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viernes, 9 de septiembre de 2011

El dolor de Colombia, Fernando Botero



El Museo Oscar Niemeyer (MON) acogió la muestra “Dores da Colômbia” de Fernando Botero (Medellín, 1932) que está recorriendo algunas ciudades brasileñas. Ya de entrada te encuentras con seis gorditos amontonados en medio de un gran charco de sangre y otro que está en plena caída, mientras es atravesado por una ráfaga de balas; nosotros entrábamos en cuanto una garota salía, soltando una respiración que parecía contenida: “poxa…, que forte!


















Sí pues, la muestra toda es fuerte, y podría engañar a cualquiera. Me refiero a que esa violencia que Botero nos grafica y presenta lamentablemente se encuentra también en ciudades como Lima, São Paulo o Río de Janeiro (por más que la prensa local aquí se esfuerce por llamarla a esta última de “Cidade Maravilhosa” (“Ciudad Maravillosa”), probablemente en otras ciudades latinoamericanas y de Estados Unidos, en mayor o menor medida, violencia es lo que no falta; este no es un mal que solamente sufre Colombia, pero, cuando el visitante sale de esta enorme sala, por lo menos aquí en Curitiba, pareciera que sale con la idea de que Colombia es la sucursal del infierno. En esas tres ciudades arriba mencionadas encuentras lugares, sabores, aromas, personas que realmente hacen diferente e inolvidable el viaje y la visita, pero no puedes ir tan tranquilo y campante como si se caminase por Tokio o Nagoya; Colombia debe ser igual, y los visitantes (por lo menos los latinoamericanos) tendríamos que tener el cuidado de no catalogarla tan ligeramente de violenta, sin antes pensar si nuestros respectivos países están exentos de violencia.












"El cazador"



















"El desfile"
















Las 67 obras creadas entre 1999 y 2004 están divididas en 36 dibujos, 25 pinturas y 6 acuarelas, que luego de estar en Brasilia y Curitiba serán expuestas en Río de Janeiro y finalmente en Salvador.















“Sólo deseo dejar el testimonio de un artista que vivió y sintió su país y su tiempo. Es como decir: “miren la locura en que vivimos.”


Al igual que con la muestra de Guayasamín el año pasado aquí encontramos muros con diversas frases del artista intercaladas entre sus obras.

























Secuestrados; una mujer con su hijo en brazos siendo acuchillada; una caravana de ataúdes acompañada desde el cielo por un ave de rapiña; cuerpos mutilados, devorados por buitres; gente que tiene que abandonar su lugar, quizá por amenazas, pero que lleva en su equipaje a la muerte: en esta sala no hay esperanza, hay una dura realidad, una realidad latinoamericana y no sólo colombiana, que a veces quisiéramos tapar, esconder, pero que infelizmente no podemos.

















jueves, 1 de septiembre de 2011

El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez



Año de publicación : 1961
Editorial : Anagrama
Año de esta publicación : 1993



Ya de inicio el gran Gabo nos envuelve en la profunda miseria a la que destinó a los personajes principales de esta obra: el coronel y su esposa. Él, raspando el fondo del tarro de café intentando rescatar hasta el más mínimo resto de ese polvo que pueda teñir el agua que les servirá de desayuno; ella, sobrellevando las crisis de asma mientras espera un futuro menos duro. Ambos con una fe bárbara en que la próxima vez en que llegue la correspondencia traiga la carta que los haga acreedores de una mísera pensión, pero que hará sus vidas menos desdichadas.

En esta corta obra se respira a cada página pobreza y humillación, al ver a la anciana pareja ir vendiendo cada una de sus pertenencias para tener algo que llevarse al estómago, de ellos y del gallo de pelea que tienen, única herencia de su hijo muerto acribillado. En la absoluta indigencia y en medio de esa triste realidad el coronel alimenta una esperanza monomaníaca en el ave, pensando en obtener más lucro en un futuro cercano, obligándose, y a su esposa junto con él, a observar cómo el poco dinero que obtienen por las primeras peleas ganadas es destinado a alimentar al gallo, mientras ellos pasan hambre.

Hay una máxima que dice que la mejor oportunidad de negocio está en medio de la pobreza. Así, el compadre del coronel, don Sabas, quiere aprovechar el instante de flaqueza del anciano al querer vender su tan preciada ave. Le ofrece menos de la mitad de lo que inicialmente le había comentado que podría obtener, sin interesarle el malestar y la desmotivación que esto causaría en “su amigo”.

La esposa, al borde de la desesperación baraja la idea de vender el gallo, o hasta hacerlo el ingrediente principal de una comida que hace mucho no saborean, pero la terquedad de su esposo se mantendrá firme, haciendo valer su negación. Es notorio que el coronel quiere realizar lo mejor, para él y su mujer, arriesgando todo –en este caso es todo, literalmente- al bienestar del animal, pero también ansía ese suceso que le haga recuperar esa dignidad que él sabe perdida, aunque aparente gravedad y cierto lustre ante sus vecinos.



Es increíble y reconfortante que en medio de esa miseria encontremos una muestra del amor que el coronel tiene a su mujer: ante el cuestionamiento de ella por saber si él ya desayunó el coronel miente, y aunque sienta nacer en sus tripas hongos y lirios venenosos le cede la única taza con el líquido ralo que hay por beber: ¡eso es amor!

Hay mención del coronel Aureliano Buendía, lo que hace a este libro algo así como una ramificación de la obra cumbre del autor que posteriormente a esta sería publicada: Cien años de soledad. Sería más interesante, como en el caso de Vargas Llosa, poder leer en orden cronológico las obras de este colombiano universal; lamentablemente eso no se podrá realizar.

No será la mejor obra de García Márquez, pero su encanto radica en esa compleja simplicidad con que estructura esta historia.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Caitec, Pinot Noir 2008




Caitec; Pinot Noir 2008; Grad. Alc 14%; Añelo, Neuquén, Región de la Patagonia, Argentina.

De etiqueta atractiva llegó a serla aún más al revisar la parte posterior de esta: el destino me da una cachetada -nuevamente- y me enrostra el que no reconozca una palabra en la lengua nativa de mi país, el quechua: “Caitec” significa “luz de fuego”; algún día aprenderé el quechua, o por lo menos lo intentaré. Tengo sana envidia al ver a los vecinos paraguayos, las pocas veces que cruzamos a Ciudad del Este, cómo se esfuerzan por cultivar el guaraní, personas de toda índole, intercalando el castellano con su lengua nativa; ése ejemplo deberíamos seguir en el Perú con el quechua, en vez de avergonzarnos hacerlo realmente nuestro.

El vino: el corcho es limpio, sin ninguna grabación que señale la bodega y/o productor. El vino tuvo que esperar un buen tiempo para liberar unas tenues lágrimas, y como todos los de esta casta denota poca corpulencia. De olor agradable, a moras, algo floral, de intensidad mediana; medio alcohólico de inicio, sensación que desparece luego de un momento. Ya al probarlo es ligero, equilibrado, afrutado, de leve tanicidad, de final mediano. Buena opción para su rango de precio (RS33).

lunes, 29 de agosto de 2011

Fontanafredda Asti



Fontanafredda; D.O.C.G. Asti; Moscato Blanco; 7% Grad. Alc; Serralunga d´Alba, Piemonte, Italia

Junto con el Riccadonna Asti, los Fontanafredda de la misma región son los espumantes importados con mayor presencia en el mercado brasileño, compitiendo con los buenos espumantes que este país produce.

De un amarillo perlado, con burbujas pequeñas y con mucha presencia; con un olor de mediana intensidad, a manzana, miel; ya al probarlo su dulzor no hostiga, es equilibrado, nuevamente se sienten frutas como manzana. Acompañó muy bien con frutas, muy refrescante.

lunes, 22 de agosto de 2011

La ciudad y los perros, Mario Vargas Llosa




Año de publicación : 1962
Editora : Seix Barral
Año de esta publicación : 1964, 4ta edición


Un hecho no comprobado, a modo de leyenda urbana afloraba en la conversa cuando el tema era Vargas Llosa, y esta obra en particular: a mediados de los 60’s en el Colegio Militar Leoncio Prado en La Perla, Callao, al poco tiempo después de publicarse esta obra se produjo un singular acto: la famosa quema de libros en el patio escolar por parte de autoridades y alumnos de la época de esta obra, escrita por un ex-alumno que osó publicar denigrando –según las autoridades de aquel tiempo- la imagen de dicha institución. De ser cierto aquello, convierte a este ejemplar obtenido en el Jr. Quilca en uno de los sobrevivientes de aquel fuego purificador. Poco más de 45 años después, a inicios de este 2011, autoridades de la misma escuela y del Ejército Peruano le rindieron homenaje a ese mismo ex-alumno, juntándolo con sus compañeros de la séptima promoción, y nombrándolo como el más distinguido cadete leonciopradino; “el poeta” retornó y con honores a su alma mater.


El autor usando nuevamente el quepí de los cadetes leonciopradinos en el homenaje recibido por las autoridades de dicha institución.



Leer la primera novela de Vargas Llosa es estar ante un resumen de la idiosincrasia del Perú reunida en ese pequeño universo que es el Leoncio Prado que Vargas Llosa nos presenta. Entre los alumnos encontramos personas –así como en todo el país- de diferentes razas y realidades: el blanquiñoso y pituco Arróspide, nombrado brigadier de manera consecutiva, el más estudioso del grupo; Alberto Fernández Temple, “el poeta”, quien se crió con su madre y luego conoció a su padre tardíamente, causándole un cambio en su estilo de vida, ve el sufrimiento y desgano de su madre ante los puteríos del padre, pertenece a un nivel socio económico medio venido a menos, no se hablaba con Arróspide, se las ingeniaba para hacerse de algún dinero haciendo novelitas y escribiendo cartas que vendía a sus compañeros, el alter ego del autor; “el serrano” Cava, terco, de cabellos trinchudos, jodido, pero fiel a su grupo, el único que ansiaba con la vida militar e irónicamente acabó siendo expulsado teniendo que regresar a su pueblo en los andes; “el esclavo” Arana, callado, introvertido, tenía como único amigo al poeta, acostumbrado a ser víctima de bullying (palabrita de moda por aquí), o ijimé (palabrita muy de moda por allá, en ponjilandia); “el Jaguar”, alumno rebelde, pleitista, muy ágil y hábil para pelear a cabezazo limpio, líder de “El Círculo”, aunque vivió con su madre por un tiempo y luego con su padrino carecía de una familia, un sobreviviente; “el negro” Vallano, el encargado de poner las chapas o apodos a todos en el colegio; "el boa", apodado así por su naturaleza mayor comprobada en el puesto de Paulino, se hace de la compañía de la perra Malpapeada para que ésta le abrigue los pies por las frías noches y hasta ejercer con ella –como con algunas gallinas- actos zoofílicos. A su vez, otros personajes como aquel Paulino, “el injerto”, mezcla de muchas razas en una sola persona, encargado del puesto de golosinas pero que al mismo tiempo vendía cigarros y pisco, deleitándose con los alumnos semi -desnudos en su puesto; el teniente Gamboa, el ejemplar y estricto miembro del ejército que no encaja con el desgano de sus compañeros ante la vida militar y la poca seriedad con que sus superiores toman decisiones pensando más en su porvenir que en ejercer la ética en el Ejército Peruano: ojalá hubiesen más como este Gamboa en nuestras fuerzas armadas; Teresa, la muchacha pobre pero honesta que en diversos momentos de la historia es asediada y cortejada por tres alumnos del mismo año, terminando vinculada con uno de ellos, el que menos nos imaginamos.


Primera edición brasileña, con un título diferente: "Batismo de fogo" (Bautismo de fuego), Ed. Círculo do livro.




Edición contemporanea con nueva traducción y con título más fiel al original "A cidade e os cachorros", Ed. Alfaguara.



La novela avanza con temas como la traición, el compañerismo, el barrio, en una narración no lineal, intercalando las historias, muchas de estas en diferentes tiempos, mezclando el presente con el pasado de alguno de los personajes, sin llegar a confundir durante su lectura, pero, ante la incertidumbre al final de cada historia dan ganas de saltearse las páginas para continuar y no tener que esperar a llegar nuevamente a esa historia, sólo que ahí, la otra historia que la sucede te envuelve rápidamente dejándote al final nuevamente con la misma sensación.

Esta historia se llevó al cine a mediados de los 80’s, bajo la dirección de Francisco Lombardi, quien se llevó la Concha de Plata como mejor director en el Festival de San Sebastián. Esta película dejó una frase que se hizo clásica en el Perú, adjudicada al Teniente Gamboa (personaje del primer actor Gustavo Bueno), pero que no aparece en la novela original: “¡No me mire cadete! ¿Quiere que le regale una fotografía mía calato?
Dicha película la encuentran entera en youtube, y, aunque respeta la historia original, la novela es mejor.


De izquierda a derecha: Gustavo Bueno (Teniente Gamboa), Francisco J. Lombardi (director), Mario Vargas Llosa.

¿Cuántos escritores inician una carrera literaria con una obra de la talla de ésta? Galardonada con el Premio Biblioteca Breve de 1962, es toda una obra maestra, resaltando que es la primera novela del joven Vargas Llosa. Relecturas como esta se hacen necesarias.

martes, 9 de agosto de 2011

I Incorpore Arte Tattoo Convention Curitiba 2011 - Segundo día






La última fecha de esta convención se veía mucho más animada que el primer día: más gente, más flacas, más rock, también más familias, nosotros con la bebe aún en la barriga pero ya acostumbrándola a estos eventos. Los artistas peruanos estuvieron a la altura de los vecinos sudamericanos (el diseño en la parte superior es una muestra de ello), todos de una alta calidad como característica. Mi esposa triste pues en convenciones como esta muchos artistas necesitan pieles donde imprimir sus diseños, saliendo el tattoo gratis, sólo teniendo que esperar el momento de la premiación que generalmente es al final de la tarde; para el próximo año debemos salir bien tarde y con la piel colorida. Aunque la cantidad de stands era significativa, el local de eventos del Parque Barigüí puede albergar muchos puestos más; ojalá más artistas se inscriban para la edición del 2012. Como siempre podrán ampliar las imágenes al hacer click sobre ellas.