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domingo, 24 de febrero de 2013

Esporão Tinto Private Selection 2007



Herdade do Esporão
Esporão Tinto Private Selection 2007
Alicante Bouschet - Aragonez 
14,5% Grad. Alc.
DOC Alentejo, Portugal. 


Este Private Selection tinto de la añada 2007 tiene grandes diferencias en comparación con su hermano del 2005 degustado hacia finales del año pasado, y estas son perceptibles desde el momento de cogerlo del anaquel. Como dijo Jack el destripador, vamos por partes: 

Lo obvio es el cambio de diseño: para esta serie de cuatro vinos la encargada del arte en las etiquetas es la artista plástica Joana Vasconcelos (al igual que en el blanco Reserva de la cosecha 2009 el cual olvidé hacer mención: el sapito de aquella etiqueta llamado “O príncipe” lo aprecian aquí

Joana Vasconcelos tiene desde el 2007 hasta el 2012 una serie de “Toros”, y en la etiqueta de este vino no se aprecia bien pero aquí se puede ver una cabeza de toro forrada con telares de diferentes diseños, y nombres, incluso hay uno del 2008 llamado “Manolito”, porra..!! 

El siguiente cambio es la botella: la del 2005 era más delgada y más tubular, esta del 2007 es más ancha y mucho más pesada. El papel utilizado en la etiqueta parece diferente (la botella del 2005 ya fue, así que no tengo cómo comparar), de una textura más porosa, con el torito y las letras del nombre y añada en alto relieve. Desde ahí ya se ve que no dejaron ningún detalle al azar. 

Nos hicimos de una pierna de cordero uruguasha que maridamos dos días antes con sal, pimienta rallada, ajinomoto –me gusta ese polvo-, hartas hierbas secas: romero, orégano, alecrín, hasta un par de hojas de coca que quedaban del último té también fueron para adentro, pimienta roja y blanca en bolitas, todo mezclado con harto aceite de oliva y un chorrito generoso de aceite de ajonjolí, y a una bolsa –de esas que dan en la vinoteca, de plástico grueso- bien amarrada por dos días y medio y guardada en la refri’ para ahora asarla a 250º en una bandeja forrada con papel aluminio y la pierna también “tapada” con el mismo papel para no perder los jugos. Los últimos 15 minutos se saca el papel que cubre la pierna y se enciende el dorador. Guarniciones de papas -cómo extrañamos la papa amarilla andina, las habas, el choclo de grano blanco y grande…!!!- y arroz, siendo el momento justo para abrir y armonizar con este ejemplar portugués. 

Al vino: a la vista, es de un granate negro hacia el centro, y violeta oscuro en los bordes, forma enormes lágrimas que demoran en caer por las paredes de las copas; es denso, denota una corpulencia mayor a lo habitual. Oído, ¿oído…? Bueno, este vino suena diferente al salir por el cuello de la botella y al caer en copa, hace un cloc, cloc cloc más macizo, más sonoro al salir, más seco al caer. En nariz, es una explosión de frutas negras y rojas, hay frambuesa, ciruela, moras, es muy persistente, esta sensación no disminuye en las posteriores copas mas sí acrecenta otras: en la segunda copa hay madera suave, tabaco; en la cuarta copa hay sensación de humo, tostados, y toques especiados. En boca se refrenda la corpulencia mayor, las notas de tabaco y tostado, con un toque de vainilla; en la tercera copa hay sensación a humo, pero lo que más resalta al igual que en la fase anterior es lo afrutado; sus taninos son rebeldes, es un vino muy potente, nunca se mostró cálido a pesar de sus 14,5 de graduación. De final largo con retrogusto algo floral. 


La experiencia con la añada 2005 fue de aquellas memorables, pero el orgasmo obtenido con este camaleónico 2007 fue todavía más intenso. Este ejemplar ofrece aún más, es más potente, con la abundante fruta y la madera muy bien integradas. Es un vino portentoso que acompañó muy bien nuestro almuerzo-cena. A gozar sabroso, como canta el bueno de Micky Gonzalez. 

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