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domingo, 28 de febrero de 2016

Sueño, Haruki Murakami




Título original : Nemuri 眠り

Año de publicación : 1990

Título en portugués : Sono

Año de publicación : 2009

Editora : Alfaguara

Ilustraciones : Kat Menschik

Traducción al portugués : Lica Hashimoto




Es difícil ponerse en los zapatos de una mujer. ¿Alguien lo ha intentado? Haruki Murakami, se ubica desde la perspectiva de una mujer aparentemente sencilla (no debe existir mujer sencilla, todas son complejas, felizmente), una ama de casa en una rutina que, sin sospecharlo, la agobia, cuando de pronto un hecho inusitado le abrirá una puerta secreta en ella, y tras dar una espiada, el resultado la atemoriza: ella es como una oruga presta a salir de su cápsula, convertirse en una mariposa, y volar. Y para despertar de ese marasmo lo surreal aparece en su vida de manera tan insospechada como pertinente en cualquier libro de Murakami: una buena noche simplemente no puede conciliar el sueño, y, ante una experiencia que me hace recordar mucho al tipo de “La caza del carnero salvaje” percibe que no puede dormir más, refugiándose en la lectura de Ana Karenina, sintiéndose arropada en la música de Mozart y Haydn, 
y degustando un Rémy Martin, comenzando así su acto introspectivo de cómo era antes de formar una familia y cómo lo es en el presente, tan diferente. ¿Adónde se fue aquella chica que amaba libros? ¿En qué momento y por qué mudó de vida volviéndose una esposa y madre ejemplar? Una ama de casa con todas las necesidades cubiertas, pero tan sosa, tan apática. Tras aquel acontecimiento, su insomnio de diecisiete días la libertará. ¿Alguien ya ha estado sin dormir más de veinticuatro horas? Yo ya estuve treinta y nueve con 40 minutos más o menos, y el cuerpo, cual máquina comienza a no responder, a pedirte descanso. Es una sensación extraña el no tener control de uno mismo. En el caso de nuestra narradora cada día que pasa ella se siente más fortalecida, como rejuvenecida ante el hecho de saber que tendrá todo ese tiempo para ella sola, para no compartirlo con nadie más, hacer lo que bien le plazca. Un problema, tiene familia: esposo e hijo a quienes atender. Va comenzando a reparar en qué estaba pensando cuando cambió abruptamente su vida, viendo a su buen esposo bajo otro prisma, tomando un peligroso baño de realidad, no sintiendo ganas de estar más ahí, y lo peor, viendo en el rostro de su hijo una copia exacta de su marido, lo que la lleva a despojarse de todo amor o ternura que cualquier madre tiene. Una extraña absoluta en un mundo extraño, y su insomnio ahí, invitándola a ser ella, a retomar su verdadera vida. 

Mención aparte merecen los trabajos de la artista alemana Kat Menschik, diseños metálicos, un frío que envuelve. La de la mujer parada frente a la proa de un barco, tan cerca, tan intimidante, es mi preferido. Desde que una vez a mediados de los 80’s, con nueve o diez años de edad mi madre me llevó a un enorme barco-biblioteca-librería que hizo parada en el Callao, el cual iba de ciudad en ciudad, de país en país. Desde ese día tengo un sueño que vuelve cada cierto tiempo: el estar en el puerto ante olas gigantescas, que no me tocan, pero las puedo ver tan cerquita que me asustan, y un barco –aquella hermosa biblioteca flotante- pasando ante mí tan cerca que pareciera que la puedo tocar si tan solo estirase mi brazo, pasando despacio, tranquilizándome. Recuerdo que no teníamos dinero, pero igual mi madre me llevó a conocerlo, y hasta pude salir feliz con dos libros en manos, sobre fauna marina. “No podemos comprar todos esos –me decía, ante el grupo que yo podía cargar-, pero apunta los títulos y los buscas en la biblioteca de doña Pocha”-, refiriéndose a la biblioteca que administraba doña Pocha, en Mangomarca, San Juan de Lurigancho, Lima, adonde yo acudía las tardes después del colegio; ¡qué será de doña Pocha! Ojalá y esté muy bien. Me han dado unas ganas de abrazarla. No me quiero salir más del contexto, solamente quería hacer referencia al sueño y lugar que me llevó el diseño de la página 88, me trasladó a aquel tiempo: ¡Gracias Kat!








Bella edición de "Alfaguara" en Brasil, con tapa dura y letras grandes. En castellano la editora “Libros del Zorro Rojo” se hace cargo de la publicación, y por lo visto la calidad es la misma.

Si aún no conoces a Haruki Murakami comienza a leerlo por sus obras más antiguas, y ésta es una de ellas, las cuales hasta ahora para mí no tienen pierde. De las “modernas” por así decirlo, sólo leí una, y no llegó a colmar mis expectativas, que eran altas por el halo de genio que cubre a éste autor. Y lo es, no cabe duda de eso, y este libro es un pequeño ejemplo de ello. 


Este cuento es de aquellos sueltos que publicó en revistas y fue compilado en “Zō no shōmetsu” (“象の消滅”) “El elefante se evapora” en traducción libre, libro el cual está en mis manos, motivo por el cual lo he podido leer en inglés y ahora en portugués. Estos son los textos de Murakami en los que simplemente dices: ¡Maestro! Cómo de un hecho tan sencillo puede tejer una trama tan compleja. Cómo la rutina puede llegar a lapidar con tu vida. Lapidar es un término que escojo tras este final, abierto a la interpretación da cada lector. Como la mayoría de libros de Haruki Murakami engancho desde las primeras líneas, y reparo que acabó tan rápidamente, pensando en las posibilidades que podrían darse ante aquel final tan intrigante. Es difícil no seguir con otro libro de él. Así debe ser el vicio por las drogas. En tal caso, sus obras son una droga buena, de la cual no hay problema –ni dificultad- de enviciarse. 





Booktrailer de Sueño, Editora "Libros de Zorro Rojo" 

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